Por: Andrés Timoteo / columnista
Son las últimas horas de proselitismo para los que disputan las presidencias veracruzanas. En la mayoría de los municipios se realizan –o ya se realizaron- los famosos “cierres” de campaña, es decir, actos masivos para dar por concluida la labor de quienes salieron a pedir el voto a la población. Algunas concentraciones se hicieron a la vieja usanza con matracas y batucada, aunque la mayoría tuvo un rasgo de austeridad, especialmente en los priistas, pues ya no hay Gobierno estatal que costee el acarreo de gente con sus respectivos torta, refresco y “moche” en efectivo.
También hay que decir que un mitin no es sinónimo de votación. En estos tiempos el llenar una plaza pública no significa que todos los presentes vayan a sufragar por el candidato anfitrión. Además, hoy como nunca hay una gran franja de electores indecisos, no sólo los tradicionales que se guardan la orientación de su voto, sino los que eran sufragantes asiduos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y hoy se alejan del mismo por la corruptela que rebasó todo límite con los dos últimos gobernantes estatales, el innombrable y su sucesor, Javier Duarte de Ochoa.
Los antiguos votantes priistas castigarán a su partido y serán los que engrosen las urnas tanto para la coalición PAN-PRD como para el Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Según las proyecciones, la alianza azul-amarilla sería la más favorecida el domingo próximo, pues obtendría triunfos en 120 municipios, seguida por Morena con 70 alcaldías y la coalición del PRI-PVEM obtendría entre 25 y 30 Presidencias municipales, es decir, se iría hasta el tercer lugar.
La otra situación que impactará en este proceso electoral es que si bien Morena se vería favorecida por un voto móvil o migrante –porque se va hacia otro partido-, al igual que el tricolor no tendrá el financiamiento ni la operación electoral del aparato gubernamental, como sucedió en los comicios del año pasado, cuando todavía gobernaba Duarte de Ochoa y estaban en su esplendor la famosa alianza no oficial PRIMor (PRI-Morena), lo que hizo crecer exponencialmente a los candidatos del partido de Andrés Manuel López Obrador.
En esta ocasión, salvo algunos municipios, entre ellos el Puerto de Veracruz, donde los “mapaches electorales” de la fidelidad tienen la instrucción de operar a favor del constructor Ricardo Exhome, en el resto Morena tendrá que valerse por sí misma. Ayer mismo, el candidato de Morena en el Puerto dio el recibimiento, en uno de sus últimos eventos de campaña, a los operadores de la fidelidad, entre ellos a Gilberto Zamorano Morfín. Ahí también está la mano financiera del tamaulipeco Gabriel Deantes, uno de los exfuncionarios estatales más señalados de corrupción.
Por otro lado, se había dicho que Morena aventajaba en algunos de los municipios más importantes, pero ahora en algunos puntos ya se cerró la tendencia, entre ellos Coatzacoalcos -por el escándalo de los videos de Rocío Nahle y Eva Cadena-, Córdoba y Orizaba. En esos municipios hay proyecciones cerradas con los abanderados de la alianza PAN-PRD. No así en Xalapa, donde el investigador universitario Hipólito Rodríguez, les dará una paliza a panistas, priistas y aliados. La capital del estado será la ‘joya’ que se lleve Morena en estos comicios.
LOS “LEGÍTIMOS”
Para el deleite de los orizabeños que fueron engañados -y abandonados- por el diputado federal Fidel Kuri Grajales, quien decidió irse de “candidato cachirulo” al Puerto de Veracruz, éste ya canta su derrota de forma anticipada. El lunes suspendió actos -y “cierres”- de campaña en una supuesta protesta porque el OPLE dispuso la reimpresión de las boletas electorales, tras la queja del PT y Morena que se alteraron nombres y colores de sus abanderados. Dice Kuri que con eso se imprimirán más papeletas para armar el fraude en su contra.
Claro, es un argumento pueril, porque él tiene apenas el 11 por ciento de la intención del voto. O sea, tiene asegurado el tercer lugar, y eso de la suspensión de su campaña dos días antes de concluir el período proselitista fue para ahorrarse el dinero del acarreo y las chácharas a regalar. Kuri regresará con la cola entre las patas a la Diputación por el Distrito de Orizaba, ese del cual renegó hace poco. ¡Alégrense orizabeños, porque el karma los vengará!
Sin embargo, como es parte de un proyecto de la fidelidad para ser ariete contra el senador con licencia Fernando Yunes Márquez, hijo del gobernante en turno, Kuri envió a militantes priistas a bloquear las oficinas del OPLE y la noche del lunes fueron desalojados por la Fuerza Pública. El objetivo es armar revuelo mediático y crear la percepción de un supuesto fraude. Por eso, el famoso “Rey Tiburón” ya pasó a la etapa de los conflictos postelectorales, cuando ni siquiera ha llegado la hora de la votación.
En esto último el PRI hace mancuerna con Morena, porque el constructor fiel, Exhome Zapata, también pregona que le “robarán” la Presidencia municipal. Cosas veredes, diría Don Quijote de la Mancha, pues en el Puerto de Veracruz, Kuri y Exhome son capaces de declararse “presidentes legítimos” sin haber ganado en las urnas. La escuela de López Obrador.
Por otro lado, hay dos Ayuntamientos donde los ediles ya se gastaron la nómina de los próximos seis meses y hasta el aguinaldo de los trabajadores, porque ocuparon el dinero público en financiar las campañas electorales de sus parejas. Uno es Alvarado, donde el rojo-amarillo Octavio Ruiz vació las arcas municipales para tratar de heredar el cargo a su cónyuge María Elizabeth Platas, candidata de la alianza PAN-PRD.
El otro es Atoyac, cuya Tesorería fue desvalijada por el expanista rojo Agustín Mollinedo Hernández, para financiar a su esposa, Hermelinda Angélica Huerta Zurita, abanderada de la coalición PRI-PVEM. En breve, ambos ediles pedirán al Congreso Local que les autorice créditos millonarios para salir el año o colapsarán las Administraciones. Será la resaca después de despilfarrar el erario en comprar votos y repartir chácharas. ¿Será que los diputados secunden a estos pillos?
EL FACTOR DANTE
En temas nacionales, el sábado pasado, en su último día de gira por Veracruz, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador hizo el penúltimo llamado a los dirigentes de los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (PMC) para sumarse a la candidatura de Delfina Gómez en el Estado de México y así preparar el terreno para una coalición de las izquierdas en los comicios presidenciales del 2018.
Un día antes, el viernes, Óscar González Yáñez, exalcalde de Metepec y abanderado del Partido del Trabajo (PT), había declinado a favor de la maestra Gómez, pero Juan Zepeda, del PRD, reiteró su negativa. Por su parte, el exgobernador veracruzano, Dante Delgado Rannauro, fundador y líder del PMC -antes Convergencia por la Democracia- guardó silencio ante el llamado de López Obrador, a quien ha acompañado en la lucha electoral en los últimos
doce años.
En la columna “Bajo Reserva” del periódico El Universal se publicó el domingo que “la respuesta (de Dante Delgado) fue no. En MC, nos comentan, que decidieron sólo desear buena suerte a doña Delfina, pero no acompañarla. Junto con el PT estaba en la conformación de un cuarto polo para la elección de 2018 en el que irían junto con el PRD y Miguel Ángel Mancera por la Presidencia de la República. Hoy, dicen, mantiene esa idea de acompañar al PRD y a don Miguel el próximo año. En lugar de ir con Morena y con López Obrador”.
Así, Delgado Rannauro finalmente desairaría a su antiguo aliado para seguir con el proyecto que él mismo propuso a finales del año pasado y al que llamó el “Cuarto Polo” que sería una alternativa para la contienda electoral de 2018, paralela a las que presentarán el PRI-PVEM-Panal, el PAN y Morena. No obstante el escenario cambió pese a que se había previsto que el PRD y el PT se mantuvieran con el PMC para lanzar a Mancera como cabeza de esa cuarta opción.
En días pasados los dirigentes nacionales del PRD y PAN, Alejandra Barrales y Ricardo Anaya, respectivamente, anunciaron la intención de ir en coalición para el año venidero, además, el PT está sumado a Morena en el Estado de México y se entiende que también lo hará en 2018. Entonces, el “Cuarto Polo” de Dante Delgado deberá reajustarse.
Los observadores del quehacer político señalan que si Dante Delgado pretende mantener su respaldo a Miguel Ángel Mancera, tendría que adherirse a una posible coalición del PRD con el PAN, aunque el actual gobernante capitalino no sea el abanderado. La otra ruta es explorar el apoyo a un candidato independiente, aunque no figuren las siglas del PMC en las elecciones presidenciales, pero sumarse a otras coaliciones o presentar candidatos propios en los comicios por Diputaciones, Senadurías y Gubernaturas. Sea de una u otra forma, el cordobés Dante Delgado y el PMC estarán vigentes
en 2018.
Y en este contexto, llama la atención el caso del Estado de México, pues ahí el Movimiento Ciudadano no tiene candidato y aún así, López Obrador lo convocó a sumarse a la nominada por Morena, para avanzar a una alianza en la disputa por la Presidencia de la República al año siguiente. Que el tabasqueño ahora esté llamando nuevamente al exgobernador veracruzano -aunque lo haga con el garrote en la mano- tiene lectura de fondo porque sabe que sin los votos de las otras fuerzas políticas de izquierda no ganará en 2018. Ya hizo las cuentas y a Morena no le dan los números si va en solitario para pelear Los Pinos.
LA CONTRA-CAMPAÑA
En este mismo contexto, el sistema -lo que el antes aludido llama “la mafia del poder”- ya encendió sus mecanismos de desfogue para cerrarle el paso a la izquierda -que se quiera o no es representada por López Obrador- en otros frentes y ahora el EZLN -la única guerrilla en el mundo que ha sido de papel y saliva- lanzó su candidata presidencial, la nahua María de Jesús Patricio Martínez, originaria de Tuxpan, Jalisco, cuya encomienda es restarle votos al tabasqueño bajo el disfraz de la bandera de ideario zapatista e indigenista.
Con la abanderada hechiza se busca atajar el sufragio rural e indígena para López Obrador. Es la misma treta que en 2006 hizo el Subcomandante –léase: ‘Sub-comediante’- Marcos en 2006 con la famosa “La otra campaña” que en realidad fue la contra-campaña contra el entonces candidato de la coalición PRD-PT-Convergencia. Al EZLN lo revive el poder cada vez que se vuelve real el peligro de que lo expulsen
del poder.