Deberían de estar prohibidas, deberían incluso estar penalizadas, deberían sin lugar a dudas… no existir, porque no hay peor cosa que enfrentar una cara larga, y todos, absolutamente todos podemos tener un mal día, pero de eso a transmitir la acidez y la amargura personal al entorno hay una gran diferencia. Porque la cara larga no sólo denota una absoluta falta de educación y humanidad, sino un terrible exceso de soberbia y egoísmo. A fin de cuentas, nadie le obliga a hacer lo que no desea hacer y si fuese el caso, ya estando en esa situación, pues mejor replantee las posibilidades de seguir empeorando su vida o mejorarla.
Porque cada día es una oportunidad y cada día podemos elegir qué actitud tomamos, ya sea para disfrutar o para no hacerlo, y es válido, lo que no es válido es querer que el entorno opere y responda dependiendo de nuestra actitud… porque la actitud es personal y es ante todo la manifestación de nuestro mundo interior y de aquello que hemos acordado compartir con los otros… en pocas palabras, nuestra actitud es nuestra carta de presentación frente a nosotros mismos, frente a los demás y frente a la vida…
Así, podemos manejarnos de cara larga, ya sabe, con ese semblante de pocos amigos y con esa prepotencia silenciosa y por supuesto con esa actitud acartonada, metódica, aburrida y carente de toda vitalidad y espontaneidad. Y si creyó por algún momento que esa actitud otorga respeto y posición créame que no hay mejor remedio que ese, para caer en el peor de los rechazos y los olvidos. La cara larga sólo denota inseguridad, también un terrible sentimiento de no apreciación por uno mismo y por la vida, una absoluta frustración ante aquello que cree sus debilidades y sobre todo un terrible miedo a ser uno mismo y a ser feliz. Y créame que de todos los miedos, de los peores, es tener miedo a ser feliz y ocurre, vaya si ocurre…
Claro que también podemos relajarnos y sonreír… el resto sale solo… porque ese es el poder más grande de una sonrisa, que nos hace sentir mejor, cambia no sólo el pensamiento sino también las emociones y con eso todo cambia, sonreír es mucho más sano bioquímicamente que mantenerse de cara larga haciendo boicot no sólo a nosotros mismos, sino a nuestra vida y todo lo que tiene por ofrecernos.
Por eso hoy lo invito a elegir con qué actitud va a desenvolverse. Usted elige si mantiene una actitud positiva o no y no se trata con esto, que se convierta en un absoluto bufón, sino simplemente en elegir con qué ideas, pensamientos y sentimientos va a manejarse, porque créame que de eso depende la vida, de cómo la perciba y de cómo le responda.
Recuerde que no hay peor debilidad de carácter que dejarse arrastrar por el capricho y la inestabilidad de los acontecimientos, si usted permite que todo lo que ocurra tenga el poder de modificar su actitud, tenga casi por seguro, que al final será el entorno el que controle su vida y no usted.
Así que elija y elija bien y que no le importe qué idea tenga de lo que sucede a su alrededor y de cómo se siente al respecto, al final estar de cara larga es únicamente su elección y si junta las razones necesarias para justificar ese comportamiento, le sugiero que se ayude con un profesional por lo menos para poderse comprender, porque nadie tiene por qué ser parte de su autoboicot, ni mucho menos receptor de sus carencias, así que ármese de valor y permítase confrontarse con alguien que le incite a ver más allá de eso que usted ve, porque la apatía es lo que mata todo tipo de ilusión y deseo y sin ellos no somos nada…
Y no tema aventurarse a la sencillez, a la autenticidad, a la felicidad, porque la vida sólo es una y se pierde demasiado tiempo esperando que algo pase para cambiar, esperando que algo ocurra o que alguien llegue o que algo le resuelva sus conflictos, mejor deshágase de esos pensamientos, esas ideas y esas actitudes que no le permiten ser quien puede llegar a ser, suéltese, haga un esfuerzo por sonreír, permítase celebrar sus logros, permítase decir lo que quiere decir, permítase compartir, permítase abrazar, agradecer, besar y aferrarse a este corto tiempo que es todo lo que tenemos. Aprenda a celebrar porque siempre hay un motivo que celebrar… simplemente porque está vivo y vivir significa una oportunidad más cada minuto para ser feliz. Usted elige cuánto tiempo más le dedica a la discordia o cuánto tiempo más invierte en conocer la felicidad…