El Comando Norte de los Estados Unidos ha reforzado recientemente su presencia en la región sur, desplegando una serie de sofisticados artefactos militares con el objetivo de apoyar las operaciones contra el tráfico de drogas y fortalecer la seguridad en la frontera sur. Entre las unidades destacadas, se encuentran un portaaviones, un buque destructor y drones militares, que forman parte de una estrategia mayor para aumentar la vigilancia y la capacidad de intervención en la región.
El USS Gravely, un destructor de misiles guiados, ha sido uno de los principales activos desplegados. Este buque se utiliza principalmente para el combate contra el narcotráfico, patrullando las aguas cercanas y ofreciendo un apoyo crucial en misiones de interceptación y neutralización de cargamentos ilegales. Además, la presencia del Rivet Joint, una aeronave de vigilancia avanzada, permite la intervención de comunicaciones en tiempo real, esencial para rastrear y desmantelar redes de tráfico.
En el aire, el MQ-9 Reaper, un dron militar de última tecnología, se une al esfuerzo. Este dron no solo realiza misiones de vigilancia continua, sino que también está capacitado para llevar a cabo ataques de precisión, proporcionando una capacidad de respuesta inmediata ante cualquier amenaza.
Pero no solo se trata de estas unidades. El USS Spruance, otro destructor de misiles guiados de la clase Arleigh Burke, ha sido enviado también hacia la región. Este buque, que partió de la Base Naval de San Diego, tiene como misión específica apoyar las operaciones en la frontera sur, fortaleciendo las medidas de seguridad y cooperación internacional entre Estados Unidos y sus aliados en la región.
Este despliegue de fuerza subraya la creciente preocupación de Estados Unidos por el aumento del tráfico de drogas y otras amenazas en la zona, y refleja un compromiso firme con la seguridad regional, tanto en el mar como en el aire.
