WASHINGTON.- El “supermartes” es el gran momento para cualquier candidato presidencial que ha llegado hasta aquí. Sin contar el día de la elección presidencial, es la jornada electoral más grande para la democracia estadounidense.
Quedan cinco republicanos, pero toda la agitación es por o contra el puntero Donald Trump. El neoyorquino se encamina hacia la nominación y sus rivales tratan de mancharlo con todo lo que tienen.
El martes se verá si la transformación de Marco Rubio en el debate, del insulso “RubioBot” a “Marco Rambo” puede quitar ventaja y delegados al que encabeza las encuestas en EU.
Trump se burló de las orejas de Rubio; y Rubio dijo a Trump que posiblemente se orinó en sus pantalones durante el debate.
Del lado demócrata hay un suspenso similar, aunque con menos insultos entre aspirantes.
Hillary Clinton, la elegida del establishment, se ve fuerte en muchos estados del “supermartes” y podría volverse una clara favorita si cubre las expectativas.
Una sorpresa podría dar nuevos bríos a Bernie Sanders, quien ha despertado profundas pasiones políticas pero también necesita más triunfos, y pronto.
IMPORTANCIA
La política migratoria, la enorme deuda del Gobierno, la dispareja distribución de la riqueza, enormes dudas sobre cómo enfrentar al grupo Estado Islámico, el terrorismo y libertades civiles: todo está en juego para los electores.
La agenda de Trump carece de detalles en la mayoría de los frentes y muchas veces parece improvisada. Pero hay pocas dudas sobre lo que opina en varios temas.
Tratará de intimidar a socios comerciales y otros para que hagan su voluntad. De alguna forma hará deportaciones masivas de personas que viven sin permiso en Estados Unidos; impedirá temporalmente que musulmanes entren al país y reemplazará al sistema de salud del presidente Barack Obama con un sistema que, según él, no dejará a las personas morir en la calle.
Los demócratas por su parte deben elegir entre pragmatismo liberal y ambición liberal.
Sanders propone universidades gratuitas, transformar el sistema de salud a uno universal financiado por el Gobierno y separarse de los bancos como parte de su agenda para reducir la brecha entre ricos y pobres de esa nación.
