Pachuca.- Miguel Calero visitó por última vez la casa donde edificó su leyenda, donde dejó 10 títulos y donde ayer más de cinco mil personas, entre aficionados, amigos y familiares, le dieron el último adiós, luego de ser víctima de una trombosis cerebral que lo mantuvo hospitalizado nueve días y que ayer puso punto final a la vida del ex futbolista de 41 años, que fue pieza clave en la época ganadora de los Tuzos del Pachuca.
Pasada las 13:30 horas, el cuerpo sin vida de Miguel entró por la puerta norte del Estadio Hidalgo. Custodiado por los jugadores del plantel, el féretro dio una vuelta olímpica acompañado de aplausos, porras, cánticos y de fondo una de sus canciones favoritas. Tras rodear por completo el campo los restos fueron colocados en el centro del terreno de juego. Ahí se le ofreció una misa rodeado por los 10 trofeos que ganó en los 11 años que vistió la camiseta blanquiazul.
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