Córdoba.- Sin fraguar correctamente el concreto, la Dirección de Obras Públicas abrió parte de la nueva pavimentación de la calle de acceso a La Luz Francisco I. Madero. Esta decisión afecta la correcta terminación de la obra, lo que propiciará que el nuevo concreto reduzca sustancialmente su tiempo de vida útil.
Esta pésima actuación de las autoridades municipales, es parte de la corrupción que engloba los procesos de administración y de construcción de obras públicas en la ciudad. En las últimas semanas, cuadrillas de trabajadores y maquinaria pesada, han sido destinadas a reparar tramos de avenidas que fueron pavimentadas hace apenas tres o cinco años, en los que el concreto se fracturó, provocando grandes baches o fisuras, consecuencia de la utilización de materiales de baja calidad, sin los porcentajes adecuados de cemento. Lo mismo va a suceder con esta calle, cuyos primeros cien metros fueron repavimentados con concreto hidráulico en las últimas semanas. Ya fue notoria la falta de responsabilidad, tanto de la constructora como de las autoridades, al no asistir a los usuarios de la calle durante los trabajos de construcción, abanderando adecuadamente y guiando el paso de los vehículos en ambos sentidos.
Ahora, para ahorrarse el salario de los bandereros, la constructora coludida con el Ayuntamiento los quita, y abre el paso a vehículos sobre el concreto todavía sin fraguar adecuadamente. Esto, aunado a una pésima supervisión de los trabajos por parte de la Contraloría municipal y la propia Dirección de Obras Públicas, provocará que el pavimento se fracture mucho antes de los 15 o 20 años que debe durar, de acuerdo a las especificaciones técnicas de esas obras y los materiales involucrados.
Porque, como se aprecia en las fotografías, si ya el cemento estuviera bien fraguado, darían el paso a todo el carril y no solamente a una parte de él.
Lo anterior es otra muestra de la corrupción que impera en el Ayuntamiento cordobés, que asigna los contratos a sus amigos con sus constructoras a modo, que así asegura que muy pronto tendrán que volver a invertir recursos del erario en la misma calle, con los correspondientes “moches”, como ya demostró el Síndico municipal, quien paga los trabajos en su despacho a los constructores, para asegurar que le den el “diezmo”.
