Córdoba.- Son las 16:30 horas y una camioneta se estaciona frente al Hospital General Córdoba, de ella desciende un grupo de cuatro personas que con cuidado y entusiasmo baja ollas humeantes con olores irresistibles, destinadas para aquellos que llevan acuclillados, sentados o parados más de 12 horas sin poderse despegar del lugar, pues deben estar pendientes de su familiar internado en el lugar.
Esos ángeles les invitan a comer, a tomar un vaso de agua o una taza de café calientita.
Una vez consumidas las viandas, que por lo regular consisten en arroz, frijoles y guisados, esas personas, así como llegaron, se marchan silenciosamente.
¿Quiénes son? “¡Son ángeles que nos protegen!”, dicen los presentes.
Esos ángeles anónimos son de dos grupos, uno de oración, del Señor de la Misericordia, de la capilla La Divina Providencia, ubicada en la calle 9, entre las avenidas 12 y 14, conformado por las señoras: Bertha Lezama Martínez, Sara Campos Páez, Mariana Velázquez y María Luisa Solís Cruces, que llevan más de 18 años de llevar alimentos, para entre 100 y 120 familias de los enfermos del Hospital General Córdoba, los días jueves.
Por separado, pero con la misma labor, Amelia Félix Salcedo, con el apoyo del Grupo Sembradores de Fe, de la Inmaculada Concepción, cuyos coordinadores son Eugenia Salcedo Elis y Juan Carlos López Martínez, y 22 personas más, los miércoles por las noches acude al IMSS para llevar alimento a los familiares de los enfermos del IMSS de la avenida 11, entre las calles 1 y 2.
Ambos grupos coincidieron en señalar que existen muchos otros que llevan café y pan por las mañanas o noches, pero al igual que ellos, sin recibir nada a cambio.