El análisis de los sedimentos recogidos por el rover Curiosity de la NASA en el cráter Gale de Marte ha servido a los científicos para afinar el posible origen del carbono en el planeta rojo y tratar de acercarse un poco más a su desconocido pasado.
Tras analizar los isótopos de carbono de las muestras tomadas por el rover en media docena de lugares del cráter, los científicos han reducido a tres las explicaciones plausibles para el origen del carbono: polvo cósmico, degradación del dióxido de carbono provocada por la radiación ultravioleta o degradación ultravioleta del metano producido biológicamente.
El carbono tiene dos isótopos estables, 12 y 13. Medir las cantidades de cada uno en una sustancia puede ayudar a determinar el ciclo del carbono y averiguar detalles sobre cómo fue, incluso si ocurrió hace mucho tiempo.