En Estados Unidos, sacerdotes católicos del estado de Pensilvania emplearon rituales religiosos, símbolos de la fe e incluso la amenaza de una eternidad en el infierno con el fin de tocar, abusar y violar a menores, esto es según un reporte de un jurado investigador divulgado el jueves, una conducta que el principal Fiscal del estado calificó de “armamentización de la fe”.
Un cura ató a una de sus víctimas con cuerda dentro un confesionario en “una posición de oración”, escribió el jurado investigador. Cuando el menor se negó a mantener relaciones sexuales, el enojado sacerdote empleó un crucifijo de 18 centímetros (siete pulgadas) para agredirlo sexualmente, agregó.