Córdoba.- A pesar de los logros en materia de equidad de género, en México no hay políticas laborales que permitan organizar armónicamente al deseo y necesidad de la superación laboral con el cuidado de los hijos de las mujeres y jefas de familia.
Hace 45 años en Córdoba no había espacios que permitieran a las féminas desarrollarse profesionalmente y permanecer atentas de la crianza de los hijos.
Se estima que a nivel nacional, hasta hace cuatro años, de una cifra de 26 millones de madres, un cuarto de ellas viven sin una pareja sentimental, 10.4 millones deben salir a trabajar diariamente. De los hijos de menos de cuatro años de edad, estimados en más de 3 millones de infantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo un millón acude a una guardería pública.
En 1971 un diario local publicó entre sus páginas la noticia de una bebé que tras haber permanecido varias horas sola en su cuna, mientras su madre trabajaba como empleada doméstica, habría sido atacada por una rata.
El relato impactó fuertemente el corazón de Martha Bueno Lázaro+, quien tras conocer el lamentable suceso decidió emprender el proyecto de la guardería infantil San José, siendo la primera estancia infantil en Córdoba, al lado de su grupo de amigas; Margot y Ruth Marenco+, Adela Bueno, Margarita Garrido y Amelia García Cuendias.
TAREA DIFÍCIL
Con el entusiasmo del grupo de amigas, la guardería San José comenzó a funcionar en una casa rentada en la calle 22 entre avenida 11 y 13. Para cubrir los gastos del alquiler, el pago del personal, el teléfono y la luz se ponía un bazar de ropa usada que familiares y conocidos hacían llegar a la estancia.
Al conocer el trabajo del grupo de mujeres emprendedoras, el padre Jorge Montero, quien en ese entonces estaba al frente de la actual Catedral de la Inmaculada Concepción, ofreció un departamento en la casa parroquial localizada en la calle 5 entre avenidas 1 y 3 para librar los gastos por pago de renta.
Sin embargo ante la necesidad por contar con un espacio propio que permitiera brindar mayores comodidades a los niños, se logró la adquisición de un terreno en usufructo que el Gobierno municipal del alcalde, Jorge Neri brindó para el proyecto.
A tan loable labor, también se sumó su sucesor, Carlos Mendoza Zavala y el entonces director de Obras Públicas, Hugo Fernández López, quienes también donaron arena, la grava y mano de obra.
No fue hasta el año de 1986 cuando se logró la consolidación de la estancia infantil, que desde entonces permanece ubicada en la cerrada de la avenida 15 entre calles 16 y 18.
SUMAN ESFUERZO
Durante el largo pero entusiasta proceso de construcción del inmueble de la guardería, se contó con el apoyo de Cementos de Veracruz que contribuyó con la donación de todo el material necesario para la obra.
El proyecto llamó la atención de la población, cada vez había más interesados, el señor José Gorbeña se ofreció para resguardar los materiales de construcción en las bodegas de la ferretería “El Cerrojo”. La empresa Metalúrgica Veracruzana a través de José Zardaín junto con Aceros de Fortín de los hermanos Martínez Sota, dotaron de todo el acero necesario.
El señor Álvaro Martínez se integró al equipo de colaboradores surtiendo la lista de materiales que le fue enviada.
El equipo de trabajo se fue haciendo cada vez más numeroso, Panchito Santoveña Egusquiza fue el valioso enlace con los proveedores a quienes se les solicitó la donación de los pisos, azulejos y todos los muebles de baño.
Una vez concretada la construcción del lugar, el entonces gobernador del Estado, Agustín Acosta Lagunes y su esposa, Esperanza de Acosta, quienes cubrieron cada una de las facturas que les fueron enviadas por gastos.
El tanque estacionario de gas fue donación de la señora Luz Martha Ros García, la tela para las sábanas de las cunas la envió la fábrica poblana de textiles de Javier Álvarez y María del Mar García y elaboradas por Martha Bueno y Amelia García. El nombre en herrería “Guardería San José” que ha permanecido en la entrada principal desde hace cuatro décadas, fue un regalo de la señora, Josefina Pereda del jardín de San José.
EL EQUIPO CRECE
Durante la puesta en marcha de la guardería San José, el equipo de amigas y fundadoras nunca se quedaron solas, pues para la alimentación diaria de los infantes recibieron el valioso apoyo de la señora María Bueno quien donaba el huevo y pollo para la merienda de los pequeños. Algunos locatarios del mercado Revolución y colaboradores del Super Ahorros del Centro- de los hermanos Acevedo-, apoyaron con verduras, frutas, carne, pescado y algunos juguetes durante los días de Reyes.
La galletera “La Corona” de la familia Salazar, contribuyó con pastas y galletas mensualmente. Cuando se necesitaba el apoyo de un médico, las madres de los menores recibían un vale y el pedíatra, Patricio Zentella las atendía gratuitamente.
SIGUEN AYUDANDO
La guardería San José fue pensada al ver la necesidad de las madres solteras para recibir ayuda con el cuidado de sus hijos, hace algún tiempo se invitó a la señora Begoña Zardaín, para que se quedará al frente de la institución y siguiera funcionando de la mano de una nueva generación.
Este 2016 la guardería San José cumple 45 años de trabajo y colaboración a las madres trabajadoras de Córdoba, hoy la estancia no sólo es la pionera en el sistema de guarderías en la localidad, si no un valioso apoyo para la sociedad y en especial para las madres que confían y creen en la experiencia de las colaboradoras.
SERVICIO
Para las madres interesadas, los requisitos de admisión son una carta de recomendación y la cartilla de vacunación.
En algunos casos se realiza un estudio socioeconómico y de acuerdo a este se pide una cuota simbólica, para establecer un lazo de apoyo mutuo.
Aunque principalmente la guardería se ha sostenido durante estas más de cuatro décadas con el apoyo de donativos que hacen empresas cordobesas.