Córdoba.- Tras cumplirse dos años de la desaparición del activista Gabriel Gómez Cañas, adherido al Frente Popular Revolucionario, el presidente de dicha organización, Andrés Gómez Ojeda lanzó un llamado al gobernador Javier Duarte de Ochoa, para que gire instrucciones al Procurador del Estado, Amadeo Flores Espinoza, de que agilice las investigaciones que a la fecha dijo “están estancadas”.
Y es que producto de la inseguridad que prevalece en el estado, tiene en la mira a todos los actores de la vida cotidiana, pero especialmente a aquellos que son incómodos para algunos gobernantes.
Señaló que se le reconoce el esfuerzo que hace el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa, para avanzar en la pacificación de la entidad veracruzana, por lo que debe luchar para que exista la plena libertad de expresar las malas acciones de los gobernantes, ya que enfatizó que el único delito que cometió Gabriel “Fue defender al pueblo”.
Agregó que la desaparición de su compañero bien pudo haber sido forzada, situaciones que se han multiplicado a pesar de las cifras “alegres” que dan los responsables de procurar seguridad, tanto el Procurador del estado, Amadeo Flores, como el sub procurador, Ricardo Carrillo Almeida.
Mencionó algunos ejemplos como el del 10 de febrero de 2011 cuando una manifestación pacífica de comerciantes ambulantes que se celebraba frente del Palacio municipal de Orizaba, fue reprimida y 11 militantes encarcelados, entre los detenidos se encontraban los activistas Maximino Antonio Jiménez y Gabriel Gómez Cañas.
Este último desapareció el 25 de marzo del mismo año, después de salir de un plantón instalado en parque Apolinar Castillo. Hasta ahora el Ministerio Público y el mismo Sub procurador, han manifestado que ya agotaron todas las diligencias y que se toparon con una pared.
Gabriel Gómez Cañas no era hijo de un empresario y tampoco era familiar de un político connotado amigo del Gobernador o del Presidente de la República, “él era un activista y defensor de las familias que sobreviven del comercio informal”, concluyó.
Ricardo Jácome
Zavaleta
El Buen Tono