Esta semana, Culiacán se encuentra en el epicentro de una crisis de seguridad que ha llevado a alrededor de dos mil empleados del centro de la ciudad a presentar su renuncia. Según Óscar Sánchez Beltrán, Presidente de la Unión de Locatarios del Centro, los trabajadores han decidido abandonar sus puestos debido al alarmante clima de inseguridad en la región. En sus renuncias, muchos mencionan que priorizan su seguridad y la de sus familias por encima de sus empleos.
La situación se refleja en el funcionamiento de los negocios en el centro de la ciudad. Este jueves, solo un 10% de los comercios abrieron sus puertas, y se espera que para las 5 de la tarde, el porcentaje de aperturas alcance el 50%. Sin embargo, la posibilidad de nuevos incidentes delictivos podría limitar la apertura a un máximo del 70% al final del día.
La violencia en Culiacán continúa descontrolada. La ciudad ha sido escenario de múltiples bloqueos y quema de vehículos, tanto en el área urbana como en comunidades rurales. La madrugada del miércoles, un ataque a balazos en la colonia 16 de Septiembre resultó en la muerte de un hombre que fue encontrado en su vehículo. Posteriormente, se reportaron enfrentamientos en la sindicatura de Quilá, con presencia de hombres armados e intercambio de disparos.
La situación se agravó en la comunidad de Costa Rica, donde un camión de transporte de personal fue alcanzado por el fuego cruzado durante un enfrentamiento. Cuatro personas resultaron heridas y fueron trasladadas a un hospital. Además, en la carretera internacional México 15 libre, un tráiler y un camión de pasajeros fueron despojados e incendiados, bloqueando el tránsito.
Los bloqueos también se extendieron al cruce de la avenida Aztlán y el bulevar Benjamín Hill, donde un camión de refrescos fue incendiado para bloquear el paso.
El Gobernador de Sinaloa ha confirmado la gravedad de la situación y ha reforzado la seguridad en la región con la incorporación de más elementos de las fuerzas especiales. Se ha implementado un operativo para intentar controlar los hechos delictivos, pero la incertidumbre sobre la estabilidad de la ciudad persiste. Culiacán enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes, y la comunidad espera medidas efectivas para restaurar la calma y proteger a sus ciudadanos.
