Varios espectadores de la nueva versión de Mulan, estrenada este fin de semana, criticaron a Disney por agradecer en sus créditos finales la colaboración de agencias gubernamentales de la región china de Xinjiang (Sinkiang), acusada de violar los derechos humanos contra minorías étnicas.
En los últimos meses, organizaciones pro derechos humanos denunciaron que más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas han sido encerrados en campos de reeducación ubicados en una región autónoma mencionada en los agradecimientos de la cinta.
Tras el estreno, activistas señalaron en redes sociales la mención a ocho organizaciones dependientes de las autoridades de Xinjiang, incluida la oficina de seguridad pública de la ciudad de Turfán (ubicada en la región autónoma), además del departamento de publicidad del Partido Comunista en dicha área geográfica.