
Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba, Ver.-“Una librería ya no puede quedarse como un establecimiento que solo vende libros; debe reinventarse o morir”. Con esta reflexión, el escritor y promotor cultural Ismael Illescas Ramírez sintetizó la encrucijada que enfrentan los espacios literarios en Córdoba, en el marco de un Día Internacional del Libro marcado por el desplome en los hábitos de lectura.
Los datos del INEGI no dejan lugar al optimismo: en los últimos 12 meses, los cordobeses leyeron un promedio de 3.2 libros al año, la cifra más baja en nueve años. A nivel nacional, la actividad lectora en personas alfabetas de 18 años o más cayó del 84.2% en 2015 al 69.6% en 2024. Es decir, solo siete de cada diez mexicanos hojean un libro, un periódico o un blog con regularidad.
Illescas Ramírez, entrevistado por El Buen Tono, atribuyó este declive a un círculo vicioso: el cierre de librerías, por la baja demanda, reduce el acceso físico a los libros, lo que ahuyenta a nuevos lectores. “Al no tener clientes frecuentes, los dueños no pueden sostener gastos como renta o salarios. La quiebra se vuelve inevitable”, explicó.
