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Culiacán.- El jueves 12 de septiembre, elementos del Ejército fueron atacados por civiles armados en una carretera al sur de Culiacán. La Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa confirmó que tras el enfrentamiento, 11 civiles fueron detenidos y se aseguraron 11 armas de fuego, además de tres vehículos.
Esta violencia se enmarca en una escalada de inseguridad que azota Sinaloa desde el lunes, cuando se desató un conflicto entre dos facciones del Cártel de Sinaloa: los seguidores de Ismael “El Mayo” Zambada y “Los Chapitos”, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
La situación en la región ha sido crítica desde finales de agosto, con operativos de la Fiscalía General de la República (FGR) que incluyeron el cateo de la finca Santa Julia, donde se presume que “El Mayo” Zambada fue secuestrado y el líder policial Héctor Melesio Cuén Ojeda fue asesinado en julio.
El presidente López Obrador minimizó la magnitud de la situación, afirmando que los medios “magnifican” los hechos. Sin embargo, la realidad en las calles es otra: vehículos incendiados, enfrentamientos entre bandas armadas y operativos militares se han convertido en parte de la vida diaria de Culiacán, obligando al cierre de escuelas y afectando gravemente a la población.
Testimonios de habitantes locales reportan que personas inocentes están siendo “levantadas” por error, sumando una nueva capa de miedo a la ya crítica situación.