AGENCIA
Tijuana.- El cobro de piso, una forma de extorsión perpetrada por el crimen organizado, ha alcanzado niveles récord en México y ahora amenaza a los albergues de migrantes en la frontera con Estados Unidos. Activistas y directivos de estos refugios en Tijuana han denunciado públicamente el acoso, infiltraciones y amenazas de muerte que reciben de las bandas criminales.
El pastor Gustavo Banda Aceves, director del albergue Embajadores de Jesús, el más grande de Tijuana con mil 300 personas, fue uno de los primeros en hablar abiertamente sobre las amenazas del crimen organizado. “Nos han amenazado telefónicamente, quieren cobro de piso, pero no ha pasado a mayores. Hemos levantado acta de denuncia ante el Ministerio Público, pero no ha pasado absolutamente nada”, declaró Banda Aceves.
El cobro de piso, una extorsión en la que un grupo criminal exige dinero a organizaciones y empresas, ha crecido un 45.3% durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador en comparación con el sexenio anterior, según la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex). De enero a abril de este año, hubo 31 víctimas por día, más de una extorsión por hora, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Los amagos del crimen no solo afectan a negocios, sino también a activistas como Susana Barrales, coordinadora de La Casita de Unión Trans, un albergue para migrantes y refugiados trans. Barrales relató a EFE que ha recibido “cuatro amenazas de muerte este año”, además de sufrir actos de vandalismo y agresiones. “Muchas compañeras se han ido de Tijuana por esa situación, pero nosotras seguimos, continuamos enfrentando la realidad”, expresó.
Claudia Portela, administradora general del Proyecto Salesiano Tijuana, también destacó el aumento de la inseguridad, señalando que el crimen organizado se infiltra en los albergues para convencer a los migrantes de que paguen por cruzar la frontera de forma irregular, una táctica que muchas veces deriva en secuestro y extorsión. “En el albergue de hombres hemos identificado dos casos de polleros (traficantes de personas) infiltrados, y en el albergue de mujeres tres casos”, detalló.
El albergue Misión Ágape Mundial, dirigido por el pastor Albert Rivera Colón, ha detectado estas infiltraciones en su zona conflictiva de Tijuana. Rivera Colón ha denunciado que los grupos delictivos buscan a las víctimas que están escapando de ellos en otras ciudades de México y de Latinoamérica. “Los malosos que han violentado a los migrantes en sus lugares de origen han venido a Tijuana a buscarlos y seguirlos amedrentando”, afirmó.
Los activistas temen que las amenazas y extorsiones puedan obligar al cierre de los refugios, dejando a los migrantes y desplazados sin protección en un entorno ya de por sí peligroso.
