Adriana Estrada
El Buen Tono
Región.- Francisco Gabilondo Soler, conocido mundialmente como “Cri-Cri”, nació el 6 de octubre de 1907 en Orizaba, Veracruz, dejando una huella indeleble en la cultura mexicana. Su legado, lleno de fantasía y creatividad, sigue conquistando tanto a niños como a adultos a través de sus canciones que, a pesar del paso del tiempo, continúan resonando en el corazón de quienes las escuchan.
COMIENZA LA
LEYENDA
Creció en Orizaba, y en 1925 conoció a Rosario Patiño, con quien contrajo matrimonio. Más tarde, emigró a la Ciudad de México, donde empezó a forjar su carrera como cantautor. Fue en la radio donde alcanzó reconocimiento como “Cri-Cri” El Grillito Cantor, gracias a sus canciones y cuentos que estimulaban la imaginación de su audiencia.
Gabilondo Soler supo capturar la esencia de la niñez, logrando un lugar privilegiado en la historia de la radio mexicana. Su capacidad para crear mundos a través de la música que lo posicionó como
una de las figuras más creativas del país.
A los 17 años, Gabilondo viajó a Nueva Orleans para estudiar linotipia, una carrera que no ejerció, pero que le permitió adentrarse en la vibrante escena musical de la ciudad, donde el jazz y otros géneros musicales lo cautivaron. Dos años después, de regreso en Orizaba, comenzó a aprender piano de manera autodidacta, lo que fue clave para su carrera musical.
EL ASCENSO
DE CRI-CRI
Fue en la década de 1940 cuando Gabilondo Soler grabó sus primeros discos, ganándose el cariño del público con temas como El chorrito, Batallón de plomo, Bombón I y El ropero. Sus primeras transmisiones radiales fueron breves segmentos de 15 minutos sin patrocinio, publicidad, ni grandes recursos, pero su talento lo mantuvo al aire durante años, hasta el 30 de julio de 1961, cuando finalizó su programa.
La imaginación y fantasía que impregnaban sus canciones lo convirtieron en un ícono de la cultura mexicana, cuya obra se ha traducido a múltiples idiomas y ha sido reinterpretada por artistas de renombre internacional; el creador de “Cri-Cri”, falleció el 14 de diciembre de 1990, a las 13:40 horas, a la edad de 83 años en Texcoco, Estado de México, a causa de una enfermedad cardiovascular, dejando un vasto repertorio de 216 canciones y numerosos cuentos, consolidando su lugar en la historia de la música infantil.
ORIZABA: CIUDAD DE CRI-CRI
La ciudad natal de Gabilondo Soler ha honrado su memoria con diversos tributos. En abril de 1972, se colocó una placa conmemorativa en su casa de la infancia, en la Oriente 3, y hoy en día, Orizaba cuenta con un parque y una alameda que llevan su nombre.
Uno de los mayores homenajes a su legado es el Museo Francisco Gabilondo Soler, en el Poliforum Mier y Pesado. En este espacio, los visitantes recorren salas que recrean las historias: La Patita, El negrito sandía, La muñeca fea, y más, a través de figuras hechas de papel, plastilina y otros materiales. El museo cuenta con una línea del tiempo que narra la vida de Gabilondo Soler y una biblioteca auditiva con su discografía.
festejos Y
TRIBUTOS
Muchos artistas y músicos han homenajeado a Cri-Cri. En los años 80, cantantes como Emmanuel, Plácido Domingo y Mireille Mathieu grabaron algunos de sus temas.