DE LA REDACCIÓN
EL BUEN TONO
HUATUSCo.- El aumento de consumo de alcohol se ha convertido en una preocupante enfermedad social en los municipios de la región. Es triste ver cómo cada vez más personas caen en las garras de esta adicción, sin que los gobiernos tomen medidas efectivas para combatirla.
Es alarmante la presencia de personas bajo los influjos del alcohol en las calles. No es raro ver a individuos tambaleándose, hablando incoherencias y poniendo en riesgo tanto su propia vida como la de los demás. Es una situación que genera un ambiente de inseguridad y miedo en nuestra población.
Parece que los gobiernos locales han decidido ignorar este problema, dejando a la deriva a aquellos que sufren de esta adicción. No se han implementado políticas públicas efectivas ni se han destinado recursos suficientes para ofrecer programas de prevención y rehabilitación. Es como si se hubieran cruzado de brazos y decidieran que no es su responsabilidad enfrentar esta enfermedad social.
La falta de acción por parte de las autoridades ha permitido que el consumo de alcohol se normalice en nuestra sociedad. Ya no es extraño ver a jóvenes y adultos bebiendo en exceso, sin importar las consecuencias que esto pueda tener para su salud física y mental. La cultura del “botellón” se ha arraigado en nuestros municipios, convirtiendo el consumo de alcohol en una actividad social común.
Esta situación es especialmente preocupante entre los más jóvenes. La falta de control y educación en torno al consumo de alcohol ha llevado a que muchos adolescentes se inicien en esta peligrosa práctica.