Por: Andrés Timoteo / columnista
CORTE DE CAJA
Por disposición legal, hoy el gobernante estatal entrega en el Congreso Local el informe escrito sobre lo que ha hecho y mañana sábado emitirá un mensaje desde la sala grande del teatro “Ignacio de la Llave” en Xalapa. Es tiempo, por supuesto, que los ciudadanos hagan lo que les corresponde, el respectivo corte de caja. Es decir, evaluar cuánto se ha cumplido de lo prometido en la campaña electoral y qué es lo que está pendiente.
Como ya se ha dicho, la democracia participativa en su amplio espectro se cumple cuando la ciudadanía además de elegir a sus representantes populares también los vigila, los examina y los califica. Hoy, hay que poner en la T de la contabilidad política para conocer los activos (DEBE) y los pasivos (HABER) del primer año de gobierno.
EL DEBE
Uno, -aunque el beneficio no sea para los veracruzanos- hay familias bendecidas con el nuevo gobierno y son las de los funcionarios estatales pues practican con gusto el nepotismo. El propio gobernante en turno tiene a su primo despachando en la Subsecretaría de Finanzas y a sus sobrinos trabajando en diferentes áreas de gobierno. Un hermano labora en el ayuntamiento de Xalapa y su propio progenitor está contratado por la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) para dar conferencias magistrales.
Dos, la destitución –“haiga sido como haiga sido”- del fiscal Jorge Winckler Ortiz realizada hace poco más de dos meses y el nombramiento de una Fiscal a modo, Verónica Hernández. Así también la treintena de denuncias abiertas contra exfuncionarios del bienio anterior, aunque solo han detenido a un par de funcionarios menores que salieron a las pocas horas de la cárcel.
Tres, según lo anticipó el propio gobernante hace unos días, entre “las excelentes noticias” que dará mañana y el sábado están 33 nuevos centros de salud, 400 aulas escolares y la remodelación de mil planteles educativos.
Cuatro, las tres disculpas públicas ofrecidas a víctimas de la violencia, los deudos de los jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca y Papantla en el 2016 y la más reciente, a los jubilados golpeados por policías estatales el 23 de diciembre del 2015, en la plena noche del duartismo, cuando reclamaban sus pensiones.
Cinco, el nombramiento de los 13 nuevos magistrados del Tribunal Superior de Justicia, aunque el proceso se tardó varios meses.
Seis, el relevo de Lorenzo Portilla -un tremendo pillo- por Delia González Cobos en el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), es decir ya hay fiscala y auditora “carnalas”.
Siete, en lo político-partidista el sometimiento de Acción Nacional para tener una oposición a modo a través del tantoyuqueño Joaquín Guzmán Avilés quien se hizo con la presidencia del comité directivo estatal -otra vez, “haiga sido como haiga sido”, rememorando al panista Felipe Calderón- y preparar el camino para que palacio de gobierno incida en la designación de candidatos azules débiles y vencibles para el 2021.
Ocho, resucitar el Festival de la Salsa creado durante el duartismo. Sesenta millones de pesos se inyectaron al evento musical.
Nueve, el reparto de “vaquillas pacificadoras” a productores ganaderos, aunque parte de ese programa se subsidia con recursos federales.
Diez, la entrega de plazas permanente a maestros, 7 mil 082 en total, que ha sido calificada como “la ‘basificación’ más grande en la historia de Veracruz”. ¿Alguien más sabe de algún otro activo a contabilizar en estos once meses?
EL HABER
-Aunque los perjudicados son todos los veracruzanos- uno, no ha encontrado un solo desaparecido y no se cumplió con la emergencia humanitaria decretada inmediatamente tras rendir protesta como titular del Poder Ejecutivo.
Dos, no se bajó el sueldo ni el de sus colaboradores argumentado que fue “amenazado” si lo hacía.
Tres, no se combatió la corrupción y prolifera el nepotismo, las compras amañadas de patrullas, medicamentos, comida para las prisiones e insumos para el DIF estatal.
Cuatro, no se ha aplicó la “austeridad republicana” y de los 17 mil millones de pesos que prometió ahorrar solo cumplió con 200 millones. Él mismo tiene dos guardaespaldas a los que paga 1.2 millones de pesos cada mes para hacer un total de 30 millones al año.
Cinco, se calcula un subejercicio presupuestal del 65 por ciento y el dinero que se devuelva a la federación ya no se podrá recuperar y hay riesgo de que no se vuelva a asignar para el 2020.
Seis, no hay obra pública de gran calado. No hay proyectos carreteros ni eléctricos ni sanitarios que se hayan iniciado ni mucho menos anunciado.
Siete, no creó la Secretaría de Cultura que supliría al Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC).
Ocho, no para la violencia ni la crisis de seguridad, van dos masacres en Minatitlán y Coatzacoalcos que cobraron la vida de 45 personas y hasta la fecha nadie ha sido detenido por esos ataques.
La entidad lidera las estadísticas nacionales de feminicidios con 200 mujeres asesinadas y también figura en los primeros lugares de secuestros. Además se han asesinado a dos servidores públicos, la alcaldesa de Mixtla de Altamirano, Maricela Vallejo y el diputado local, Juan Carlos Molina Palacios.
Nueve, en salud pública Veracruz también ocupa los primeros sitios en casos de dengue con 23 muertes a la fecha y el desabasto de medicamentos, insumos y equipo en hospitales públicos ha colocado en riesgo de muerte a mucha gente, especialmente a niños con cáncer de los cuales tres perecieron recientemente. Lo mismo con los pacientes de VIH/Sida y enfermos renales.
Diez, en cambio en la SEV se aceptó un ‘moche’ de 6 millones de pesos de la Pepsi Cola para tener el monopolio de refrescos en tiendas escolares violentando el marco legal que exige alimentos y bebidas sin exceso de azucares en los centros escolares y a pesar de las altas estadísticas de obesidad infantil.
Y once, la liberación de todos los exfuncionarios duartistas que estaban encarcelados y en breve la posible excarcelación de Javier Duarte. Así podrían sumarse otros pasivos que deberán contrastarse con los dichos del gobernante para durante el sábado.