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Nacional.- Ante las crecientes acusaciones de corrupción que pesan sobre Miguel Ángel Yunes, su reciente decisión de unirse a la coalición de Morena para aprobar la reforma judicial. Muchos consideran este movimiento como un intento desesperado por evitar la cárcel y proteger sus intereses personales.
Un historial manchado por corrupción
La carrera política de Yunes ha estado marcada por señalamientos de corrupción y abuso de poder. Desde su paso por el ISSSTE, ha sido acusado de desvío de recursos públicos, compras fraudulentas de medicamentos y otras irregularidades financieras. Las investigaciones en su contra por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero son serias, y existe incluso una posible orden de aprehensión federal por delitos como peculado, fraude y delincuencia organizada.
Su familia también ha sido cuestionada por actos de corrupción. Mientras Yunes hablaba de servir al pueblo, vivía con lujo en París, según denuncias de diputados locales, lo que ha aumentado las sospechas sobre su enriquecimiento inexplicable.
Reforma judicial: ¿El salvavidas de Yunes?
En este contexto, la alianza de Yunes con Morena para impulsar la reforma judicial ha levantado cejas. Críticos aseguran que su apoyo a la reforma busca debilitar la independencia del Poder Judicial y asegurar un trato favorable en los procesos legales que enfrenta. El repentino cambio de bando, traicionando a su partido de origen, el PAN, ha sido interpretado como un acto de oportunismo y desesperación política.
Una estrategia para evitar la justicia
La trayectoria de Yunes, manchada por años de acusaciones de corrupción y abuso de poder, junto con las investigaciones en su contra, hacen que su reciente apoyo a la reforma judicial sea visto como un intento por eludir las consecuencias legales de sus presuntos actos ilícitos. Para muchos, su decisión de aliarse con Morena representa una traición política y una maniobra para garantizar su impunidad.
