cd. de México.- La corrupción reduce las posibilidades de cada ciudadano para mejorar su calidad de vida, apuntaron expertos del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Esta práctica impacta en la salud, educación y protección social, pilares necesarios para romper con la pobreza.
“Es como una gran nube que se mete en todos los rincones, una bruma maloliente. Todos estamos necesitados de resolver este tema”, dijo Enrique Cárdenas, director del CEEY, quien también forma parte de los ciudadanos dentro de las discusiones del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), que se realizan en el Senado.
El director apuntó que la corrupción es un impedimento para la movilidad social, un concepto que engloba la capacidad de los ciudadanos para tener bienestar económico sin importar el estrato social en el que nacieron, altera los servicios básicos.
“La corrupción afecta lo que necesitas para entrar a una buena escuela. Los recursos se están desviando cuando deberían de ir a mejorarlas”, dijo a SinEmbargo.
Esto, sumado a las condiciones de pobreza que los padres heredan a sus hijos, termina por reducir las oportunidades de salir de la precariedad, expone el CEEY.
“Los niños entre los seis y 12 años que vienen de hogares en pobreza enfrentan situaciones de muy mala calidad educativa.
Entran sin un sistema público con las condiciones que esperaríamos y no salen del rezago educativo.
