De la Redacción
EL BUEN TONO
Fortín.- Las calles de Fortín se encuentran en un estado deplorable, mientras el alcalde de Morena, Gerardo Rosales Victoria, que prometió un cambio, demuestra ser tan corrupto como sus antecesores del PAN y PRI.
A pesar de las expectativas de mejora, el presidente municipal cayó en los mismos vicios que los gobiernos anteriores, e incluso peor, manifestaron ciudadanos.
Mientras la infraestructura urbana se deteriora y las demandas ciudadanas por calles dignas y seguras se ignoran, el alcalde parece más interesado en sus escapadas personales que en atender las necesidades del pueblo.
Se convirtió en un secreto a voces que el edil utiliza el dinero público para financiar dichos lujos, pero también para mantener relaciones extramaritales, con lo cual demuestra desprecio por la confianza que los ciudadanos depositaron en su gobierno cuando votaron por el proyecto que les ofreció.
Es un ejemplo más del ciclo de corrupción que asfixia a Fortín, un alcalde más que promete el cambio, pero que termina priorizando sus intereses personales sobre el bienestar de los habitantes.
Las calles siguen llenas de baches, pero los escándalos de este funcionario forman parte de los rumores en la ciudad, igual que las promesas incumplidas.