Desde que tengo uso de razón, y sobre todo, los conocimientos necesarios para entender y atender tan despectiva acepción, la relacionamos con:
a) Descomposición;
b) Putrefacción;
c) Degradación de algo;
d) Depravación;
e) Perversión;
f) Inmoralidad;
De igual forma y de manera cotidiana convivimos con corruptela (s), a las que culturalmente pretendemos justificar como una mala costumbre o simplemente un abuso menor;
Permanentemente y generacional-mente hemos escuchado y por la totalidad de los “políticos” y dentro de los diversos “partidos” en México, (sobre todo en campañas políticas, utilizado en eslogan, plataformas y principios), “el abatimiento de la corrupción”, por lo que hoy pareciera que siempre hemos convivido en México con una sociedad corrupta, y de ningún modo se han utilizado las leyes y recursos disponibles contra la misma por su continuidad; cundo se hace se realiza facciosa-mente o para contrarrestar adversarios políticos o enemigos de grupos de poder e influencia económica o criminal;
Palabra compuesta con raíces Latinas derivada de corruptio, corruptionis, del prefijo de intensidad con- y emperre, que significa romper, entendido como la acción y efecto de corromper o corromperse;
Las conductas más comunes basadas en la corrupción, a nuestra consideración son:
a) El abuso de poder o mala conducta, mediante la función pública para beneficio personal;
b) La corrupción empresarial;
c) La corrupción policial;
d) La corrupción política;
e) La Entrega o aceptación de dinero o regalos para conseguir un trato favorable o beneficioso, especialmente si es injusto o ilegal, entre el gobierno y el sector privado;
Conductas, que no solo se encuentra vinculada al estado, si no, con nuestro actuar mismo, como la degeneración de la moral y las costumbres, el fenómeno de la corrupción, constituye una vulneración de los derechos fundamentales tutelados por la constitución, tratados internacionales y derechos humanos, en consideración a que viola el derecho a la igualdad, y en muchas ocasiones quebranta los principios democráticos, conduciendo a la sustitución del interés público, por el interés privado, de quienes se corrompen.
El ataque frontal a la corrupción no son la disminución o la ofensiva a los salarios de los funcionarios públicos, diputados federales y locales, senadores, magistrados y jueces, burócratas, maestros y empleados de las paraestatales, el principal problema del abultado presupuesto Federal y por ende de los Locales y Municipales, que reclaman un mayor presupuesto y la posibilidad de endeudamiento estatal, aún y cuando representan una parte considerable de la cuenta pública, es la indebida y desleal administración de los dineros del pueblo de México, que debe realizarse con calidad, eficiencia, productividad, transparencia y rendición de cuentas; se ha señalado que uno de los objetivos primordiales de las Procuradurias Generales en los Estados e incluso de la República (PGR), es evitar la corrupción y que por ello se trabaja en un cambio de mentalidad, como lo han afirmado cada uno de sus titulares a su ingreso, pero no señalan él como, un buen principio seria la limpieza al interior de las instituciones del estado, no hacen falta más Funcionarios, menos o más Diputados o Senadores, Policías y Ministerios Públicos, si no, mejor preparados, con prestaciones suficientes, oportunidades de desarrollo y crecimiento, que se formen en la carrera institucional, que los nombramientos sean por capacidades y resultados en los encargos, basados en su desarrollo en el servicio público, es inútil, que se creen instituciones y agencias especializadas para investigar la corrupción y la descomposición de la función pública y social, si no hay voluntad política, el ejemplo de esa falta de voluntad gira en rededor de tantos y cuantos funcionarios de todos los niveles en la administración pública, que no pueden demostrar el origen de sus inconmensurables fortunas, no se pueden crear más cargas impositivas, para sostener además de a los funcionarios, sus corruptelas y desvíos; de ahí la necesidad de proveer de autonomía de gestión, operación, administrativa y presupuestal, de la figura de las Fiscalías, en que obligadamente los funcionarios de procuración de justicia, deban rendir cuentas claras o someterse a los señalamientos permanentes de organizaciones ciudadanas, para estar en condiciones tener la confianza de los gobernados, en los todos los aparatos del sector público, por lo que será necesario instrumentar este tipo de facultades, para que la corrupción se revierta, por medio de la fiscalización social, denuncia y el señalamiento como instrumento para que se actúe.
A propósito de un nuevo Procurador.
Saludos……….!!