Xalapa.- De llegar por segunda ocasión a la rectoría de la Universidad Veracruzana (UV), Víctor Adolfo Arredondo Álvarez, podría poner nuevamente en riesgo el patrimonio académico.
Lo anterior se desprende del caso del contrato de renta de computadoras con la empresa Rodríguez Pasquel Sucesores S.A. de C.V., que a la postre provocó a la UV un desfalco de 75 millones de pesos.
De acuerdo con copias de documentos oficiales, Arredondo Álvarez recibió el 7 de junio de 1999 informes técnicos, de investigadores y catedráticos expertos en temas de computación, donde le advirtieron que no era conveniente para la UV el contrato que pretendía firmar para la renta de más de 3 mil computadoras personales, para equipar las distintas facultades.
A decir de personal del Departamento de Física y del Departamento de Inteligencia Artificial, los equipos marca Hewllet Packard no contaban con todas las características necesarias para modernizar las unidades de cómputo de las facultades, además advirtieron que resultaban hasta 35 por ciento más caro dichos equipos de lo que se cotizaban en el mercado entonces.
Sin embargo, un mes después, y en complicidad con varios ex colaboradores, Arredondo Álvarez logra con engaños obtener la aprobación para la firma del contrato con la empresa Rodríguez Pasquel Sucesores SA de CV., para el arrendamiento de equipos de cómputo y otros complementarios, por la cantidad anual de 12 millones 437 mil 370 pesos.
Debido a que el contrato firmado, estaba totalmente en contra de la Universidad Veracruzana, a la cual se le obligaba a comprar los equipos al paso de 3 años, entonces, el aún rector Víctor Arredondo Álvarez ordenó no cumplir con la parte que le correspondía a la UV, provocando una deuda superior a los 100 millones de pesos.
Aunque personal experto en el manejo de computadoras le hizo ver con un mes de anticipación sobre las deficiencias de los equipos en cuestión, y sobre todo que no era conveniente un contrato, tal como la misma UV lo estaba planteando, el entonces rector no le importó autorizarlo y con ello, causarle el mayor daño patrimonial en la historia de la Universidad Veracruzana.
Agencias
