Córdoba.- Con el paso de los años Córdoba se ha convertido en una bomba de tiempo, debido a la gran cantidad de gasolinerías y depósitos clandestinos de hidrocarburos que operan en la localidad, con el consentimiento de Francisco Portilla Bonilla, quien se ha valido de éstas para favorecer a sus amigos y obtener beneficios económicos mediante el supuesto desarrollo urbano.
Estos establecimientos operan sin importarle que carezcan de estudios de impacto ambiental, o el visto bueno de las autoridades de Protección Civil, inclusive, ante las desesperadas peticiones de la ciudadanía, quienes temerosos piden frenar el crecimiento desmedido de este tipo de negocios.