La plataforma independiente LatAmMilMovements ha revelado recientemente la presencia de aviones espía estadounidenses, como el N149CS, sobre la Península de Yucatán, la región central y el estado de Sinaloa en México, sin que se haya confirmado oficialmente ni por parte del gobierno estadounidense ni mexicano. Este hallazgo ha vuelto a poner en el centro del debate la controversial colaboración entre ambos países en la lucha contra el crimen organizado, y las posibles implicaciones sobre la soberanía de México.
El pasado 25 de febrero, el Ejército mexicano, a través de su secretario de la Defensa, Ricardo Trevilla, reconoció que las fuerzas mexicanas han logrado importantes detenciones de miembros del crimen organizado, gracias a la inteligencia compartida por parte de drones y aviones de vigilancia de Estados Unidos. Trevilla, sin embargo, rechazó que esta cooperación implique espionaje estadounidense dentro del territorio mexicano. Aunque, a pesar de sus aclaraciones, la incógnita sobre la verdadera naturaleza de estas operaciones sigue vigente.
El 11 de febrero, Trevilla había admitido que las aeronaves de Estados Unidos realizaron al menos dos vuelos de vigilancia sobre México, pero en esa ocasión evitó confirmar si había habido un espionaje aéreo. A pesar de las publicaciones de medios como CNN y The New York Times, que informaron sobre hasta 18 vuelos de inteligencia en un período de 10 días, el funcionario insistió en que estos aviones no habían violado el espacio aéreo mexicano, aunque tampoco descartó por completo la posibilidad de espionaje.
La situación ha cobrado mayor relevancia tras los recientes informes que apuntan a que los vuelos de inteligencia de Estados Unidos han sido clave en la captura de importantes figuras del crimen organizado en México. Entre los detenidos gracias a la información proporcionada por los drones espía estadounidenses se encuentran Joaquín “El Chapo” Guzmán y su hijo Ovidio Guzmán, “El Ratón”, entre otros miembros destacados de estas organizaciones.
El espionaje y la cooperación en inteligencia entre ambos países han sido un tema controversial desde hace años, especialmente cuando se trata de la protección de la soberanía nacional. Si bien México ha expresado en varias ocasiones que este tipo de colaboración es crucial para combatir el crimen organizado y la violencia que afecta a su país, también existen preocupaciones sobre el alcance de las operaciones y la falta de transparencia por parte de las autoridades estadounidenses.
Mientras el gobierno de Estados Unidos continúa con su programa secreto de drones espía, las autoridades mexicanas reiteran que la colaboración es fundamental para combatir el crimen organizado. Sin embargo, la cuestión sobre el límite entre la cooperación legítima y la violación de la soberanía nacional sigue siendo un tema de debate en la política internacional.
