
Laura A. García
el buen tono
Atoyac.- El río Atoyac, un afluente vital en la región, se convirtió en un riesgo para las personas, debido al alto nivel de contaminación que registra en su cauce, situación que preocupa a los habitantes de Rancho Mota, y de otras comunidades aledañas.
Vecinos denunciaron la muerte de peces, malos olores y, lo más alarmante, problemas de salud entre quienes se atreven a nadar en sus aguas en estos días.
Por ello, exigieron una intervención inmediata de las autoridades municipales y estatales para rescatar el cuerpo de agua afectado.
Especificaron que la zona de riesgo es a partir de unos metros antes de La Lagunilla, y Rancho Mota, porque el nacimiento se mantiene limpio hasta ahora.
Mortandad
En los últimos días, pescadores y pobladores de la zona documentaron la presencia de peces muertos flotando en el río, así como una capa espumosa y olores fétidos que emanan del agua todos los días.
“Antes aquí pescábamos tilapias y bagres, ahora sólo vemos animales muertos y basura”, lamenta Roberto Méndez, habitante de Rancho Mota.
Atribuyen la contaminación a los vertidos de aguas residuales sin tratamiento, desechos agrícolas y descargas industriales ilegales.
“No hay control, todo termina aquí. Las autoridades saben lo que pasa, pero son omisas ante el problema, lo que también es corrupción”, acusó el integrante de un colectivo ambientalista local.
Peligro
Uno de los problemas más graves es el riesgo para la salud de quienes entran en contacto con el aguar, en la zona baja del afluente.
Vecinos coinciden en que, en los últimos años, bañarse en el río Atoyac, especialmente en la zona conocida como Lagunilla, provoca irritación en la piel, comezón intensa y ronchas.
“Mis hijos se metieron a nadar y salieron llenos de ronchas. El médico dijo que era por la contaminación del agua”, relató una madre de familia.
Ante la situación, ciudadanos demandaron que el ayuntamiento de Amatlán de los Reyes, Atoyac, y el gobierno estatal, implementen un plan de rescate integral para el río Atoyac.
Exigencia
Pidieron que el proyecto incluya monitoreo constante, obras de plantas de tratamiento para los drenajes de la zona, programas de limpieza, reforestación en la ribera, entre otros.
“Ya no queremos promesas, queremos acciones. De lo contrario, este río va a morir, y con él, nuestra salud, así como forma de vida”, advirtió un grupo de ciudadanos que planean movilizaciones de defensa.
El río Atoyac es un ejemplo de cómo la holgazanería y la falta de políticas ambientales están acabando con los recursos naturales de la región.
Mientras las autoridades sigan sin hacer nada, los pobladores temen que la situación empeore, afectando el ecosistema, la economía, y el bienestar de las familias que dependen del afluente para surtirse de agua.
