Córdoba.- La Ley de voluntad anticipada ha generado controversia entre diferentes sectores de la población; mientras algunas personas piensan que es bueno velar por los familiares y hacer todo lo posible porque un enfermo en fase terminal siga viviendo, otros opinan que es decisión de cada ser humano, ya que las molestias que en muchas ocasiones generan los tratamientos médicos o el dolor que sienten es insoportable.
Juan Carlos, un joven apegado a su iglesia cristiana, dice haber sido testigo de un milagro, resulta que su abuelita se encontraba muy grave hace dos años y medio, los médicos ya no le daban esperanza de vida, por lo que la señora pedía que la desconectaran porque no quería ser una carga para la familia; sin embargo, no le hicieron caso y decidieron continuar con el tratamiento.
Hoy en día la abuelita de Juan Carlos sigue con vida y sin necesidad de estar conectada a algún aparato médico, es por ello que el joven piensa que se trató de un milagro y a su vez cataloga como necesario hacer hasta lo imposible para que las personas sigan con vida.
Mientras tanto, la enfermera Cecilia Serrano Soval, regidora cuarta del Ayuntamiento, califica como justa la medida aprobada en el Congreso del Estado el pasado mes de octubre, ya que al ejercer su profesión se dio cuenta de todo lo que sufrían las personas al someterse a tratamientos médicos y de los dolores inhumanos que soportaban, donde ya ni los parches de morfina podían solucionarlos.
“Qué bueno que la gente ahora pueda decidir cuándo desea ya no tener más sufrimiento; la muerte siempre es la última morada que nos da paz, y en un pueblo donde nos reímos y festejamos la muerte con tanto colorido, no entiendo por qué deberíamos cerrarnos a permitir que alguien anuncie su muerte, que diga sí, yo quiero morir no me reanimen, estoy sufriendo mucho, cuando los pacientes en fase terminal siguen recibiendo atención médica sin su consentimiento, es algo que nosotros en medicina llamamos ensañamiento terapéutico”.