Un total de 18 espectadores de la Ópera Estatal de Stuttgart requirieron asistencia médica por náuseas severas durante el fin de semana tras asistir a la polémica obra Sancta, de la coreógrafa austriaca Florentina Holzinger. El espectáculo, que ha generado fuertes reacciones, presentó escenas explícitas que incluían piercings en vivo, relaciones sexuales no simuladas y grandes cantidades de sangre, tanto real como falsa.
El portavoz de la ópera, Sebastian Ebling, informó que el malestar afectó a ocho personas el sábado y a otras diez el domingo, durante las dos representaciones. En tres casos, fue necesario llamar a un médico para atender a los afectados. Las impactantes escenas de violencia gráfica provocaron que algunos espectadores solicitaran atención médica inmediata.
Sancta, la primera incursión de Holzinger en el mundo de la ópera, se estrenó en mayo en el teatro estatal de Mecklenburg en Schwerin, Alemania, y está inspirada en la obra expresionista Sancta Susanna de Paul Hindemith, que ya había causado controversia por su contenido sacrílego en 1922. En la versión de Holzinger, la música es reemplazada por monjas desnudas patinando sobre una rampa, crucifixiones simbólicas y una misa oficiada por una sacerdotisa lesbiana, desafiando las normas tradicionales de la representación operística.
La controversia en torno a Sancta no se limitó a Stuttgart. Cuando la obra se presentó en Viena en junio, fue duramente criticada por obispos austriacos, quienes la calificaron como una “burla irrespetuosa” de la misa católica. Sin embargo, Holzinger ha defendido su trabajo, argumentando que su intención no es mofarse de la religión, sino explorar las similitudes entre instituciones conservadoras y subculturas BDSM.
A pesar de las críticas y malestares, Sancta ha mantenido un notable éxito comercial, con entradas para las próximas cinco funciones en Stuttgart agotadas rápidamente. Las representaciones programadas para noviembre en el Volksbühne de Berlín también han generado gran expectativa.
Ebling advirtió al público sobre los posibles desencadenantes del espectáculo, como incienso, ruidos fuertes y escenas de violencia sexual. “Recomendamos a los espectadores que lean cuidadosamente las advertencias antes de asistir y, si es necesario, desvíen la mirada durante la actuación”, añadió.
Holzinger, conocida por su estilo provocador que combina danza, teatro y elementos de cabaret, continúa desafiando las convenciones, explorando temas relacionados con el cuerpo, el poder y la sexualidad a través de imágenes impactantes que desdibujan los límites entre el arte y lo grotesco. La controversia alrededor de Sancta pone de manifiesto el poder del arte para provocar debate y confrontar las normas sociales.