AGENCIA
CDMX.- La reciente incorporación de Paola Buen Abad, conocida por su apodo mediático “La ladrona del Corvette”, a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) ha causado indignación y desconcierto entre la ciudadanía. A pesar de haber sido arrestada en 2022 por el robo de un Corvette valuado en 1.3 millones de pesos, ahora trabaja en dicha dependencia como parte de su servicio social, según informó el periodista Carlos Jiménez, conocido como “C4” Jiménez.
Paola Buen Abad, quien también se hace llamar “Paola B” en la plataforma de OnlyFans, fue detenida por haber estafado al dueño del auto a través de una transferencia electrónica falsa. En su momento, se hizo pasar por una persona adinerada bajo el nombre falso de Karla García, concretó la transacción fraudulenta y desapareció de las redes sociales para evitar ser localizada.
El hecho de que alguien con antecedentes delictivos esté colaborando en la FGJ-CDMX plantea serias dudas sobre los controles de seguridad y el criterio utilizado por las autoridades al contratar personal. Este escándalo pone de manifiesto la falta de rigor en las investigaciones sobre el historial de quienes ingresan a trabajar en una institución que, paradójicamente, se encarga de perseguir y castigar delitos.
A pesar de la controversia generada, la Fiscalía no ha emitido ningún comunicado para explicar cómo fue posible que Paola Buen Abad fuera aceptada para realizar su servicio social. Este silencio institucional añade un velo de sospecha sobre la capacidad de la FGJ-CDMX para garantizar la integridad de su personal y, por extensión, de sus investigaciones. ¿Qué tipo de mensaje están enviando a la sociedad cuando permiten que una persona con antecedentes penales forme parte de sus filas?
Es urgente que la Fiscalía aclare esta situación y responda ante una ciudadanía que exige mayor transparencia y compromiso con la justicia.
El crimen organizado y abuso de poder a todo lo que da en la Fiscalía, ahora esta ejemplar ciudadana, después de haber pasado por la entrepierna de altos mandos pasó de ser una “rata” a servidora pública con permiso para robar y repartir entre varios.
¡Eso es el mejor ejemplo de la 4T, entran delincuentes y salen funcionarios!
De veras que Ulises Lara es corrupto, persigue a Alessandra Rojo de la Vega por una venganza política y a esta “rata” la vuelve funcionaria.