Hace 20 años cerró Real de Ángeles, la primera mina a cielo abierto de Zacatecas y una de las primeras del país, operada por Grupo Frisco, la cual produjo cientos de toneladas de plata durante más de dos décadas para su dueño, Carlos Slim Helú.
La bonanza terminó, pero quedó la contaminación en cientos de hectáreas de cultivo y pastoreo. Tampoco acabaron la miseria ni las enfermedades para sus habitantes. También quedó un gigantesco cráter que aparece en los planos de la aplicación Google Maps.
Antes de que abriera la mina, ubicada en el municipio de Noria de Ángeles (82 kilómetros al sureste de la capital de Zacatecas), se ordenó demoler todas las casas y corrales de Real de Ángeles y reubicar a los habitantes en un poblado construido a cinco kilómetros, pues el yacimiento de plata se encontraba debajo de la localidad.
Hasta la antigua iglesia local, dedicada a San Nicolás Tolentino y catalogada como patrimonio por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, fue derribada. De acuerdo con cronistas locales, el templo habría cumplido 300 años en 2018.
LA JORNADA