México.- Si uno lee con cuidado los nombres completos de los narcotraficantes más famosos, se nota que todos o casi todos están emparentados. La excepción son los Zetas; ellos son harina de otro costal pues se trata de tropas de élite del Ejército mexicano que desertaron y estuvieron al servicio de Osiel Cárdenas, capo del Cartel del Golfo. Los Zetas rompieron con el Cartel del Golfo, se independizaron y ahora mantienen una guerra a muerte. Los otrora socios son quienes en las últimas semanas han convertido Tamaulipas en un campo de batalla.
El periodista Javier Valdez, del periódico de Sinaloa Ríodoce, ha documentado e investigado a lo largo de varias décadas el crimen organizado. Los fundadores de todos los cárteles, a excepción de los Zetas, son oriundos de Sinaloa al igual que Valdez. Él también es corresponsal de La Jornada en la cuna del cartel de Sinaloa y comentó:
“En Sinaloa, muchas de las obras como carreteras, cementerios, electrificación, agua potable, fueron financiadas por el narcotráfico. Se trata de regiones olvidadas por la autoridad, con municipios muy débiles económicamente. No fue un acto de filantropía, son obras que el mismo narco necesitaba para mover mercancía o grupos armados, desplazarse con facilidad”, apunta el autor de Miss Narco.
“También esas obras les sirvieron para lavar sus culpas, ganarse a la gente y quedar bien con la ciudadanía y que la gente no los viera como los malos sino como los salvadores” agregó el periodista.
El narco abre caminos
El 24 de abril del 2014 el periódico Excelsior publicó una entrevista con el presidente municipal de Badiguarato (Sinaloa), Ángel Robles Bañuelos, quien recordó que en los años 80, el narcotraficante Rafael Caro Quintero mandó construir una carretera de más de 40 kilómetros en la zona, además de que logró la electrificación de varios pueblos de la sierra.
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