El 26 de abril se marca como el Día Internacional de Recuerdo del Desastre de Chernóbyl, una jornada instituida por la ONU para reflexionar sobre uno de los peores desastres nucleares de la historia, ocurrido en 1986 en Pripyat, Ucrania. Este día no solo recuerda las pérdidas humanas y medioambientales devastadoras causadas por el accidente, sino que también enfatiza la importancia de la seguridad nuclear y la preparación ante desastres.
El desastre de Chernóbyl se desencadenó por una explosión en la planta nuclear, liberando 200 toneladas de material radiactivo en la atmósfera. Este evento afectó a múltiples países y dejó casi 8,500 millones de afectados, con secuelas de radiación que perduran hasta hoy. A más de tres décadas del suceso, la zona alrededor de Pripyat permanece como un recordatorio sombrío, una ciudad fantasma donde la naturaleza ha reclamado su espacio pero la radiactividad sigue presente.
En 2019, se finalizó la construcción del nuevo sarcófago sobre el reactor número 4 de Chernóbyl. Este “Nuevo Confinamiento Seguro” se diseñó para contener la radiación y evitar más contaminaciones, asegurando la protección de la región por al menos 100 años.
A pesar de su inhabitable entorno, Pripyat atrae a curiosos y académicos, quienes realizan tours bajo estrictas medidas de seguridad para explorar la resonancia histórica y las lecciones aprendidas del desastre. Estas visitas y el constante interés mediático, evidenciado por películas y series como la aclamada miniserie de HBO “Chernóbyl”, subrayan la fascinación y el horror que Chernóbyl continúa inspirando.
Este día de recuerdo sirve como un llamado a la acción para mejorar la seguridad nuclear global y para honrar a aquellos afectados por la tragedia. La Gobernadora de Kansas, Laura Kelly, subraya la necesidad de estar preparados, recordando a todos la importancia de un plan de emergencia familiar y de mantenerse informados sobre las condiciones locales para garantizar la seguridad personal y comunitaria.
El Día Internacional de Recuerdo del Desastre de Chernóbyl no solo rememora un pasado doloroso, sino que también nos invita a aprender de los errores y a fortalecer las medidas de seguridad y prevención para proteger a la humanidad de futuros desastres.
