De la Redacción
El Buen Tono
Región.- La presidenta Claudia Sheinbaum ha levantado una bandera de indignación en contra de los jueces que liberaron a “La Güera” en Cuernavaca, acusándolos de ser cómplices de los cárteles, sin embargo, ¿dónde queda su indignación cuando Morena abre las puertas del Congreso al Clan Yunes, con un historial delincuencial del crimen organizado?
La familia Yunes, quienes a pesar de contar con órdenes de aprehensión y denuncias en su contra, han sido aceptados por Morena.
¿Cómo es posible que Fernando y Miguel Ángel Yunes Márquez, quienes enfrentan órdenes de aprehensión, tomaran protesta como diputado y senador sin que se hiciera justicia?
Es incomprensible que los políticos estén diciendo que van a hacer una reforma judicial porque hay corrupción, y para aprobar esa reforma, tuvieron que incurrir en actos corruptos al perdonarle a Yunes las órdenes de aprehensión que tenía en su contra y además lo que le han robado a la Nación. Esto no es sólo una contradicción, es una traición a la confianza pública.
Mientras Sheinbaum clama por la justicia y se rasga las vestiduras frente a los jueces, su partido permite que los verdaderos delincuentes se acomoden en el Congreso, el lugar donde se forjan las leyes de este país.
Cómo puede criticar a los jueces cuando Morena, en su propia bancada, acepta a figuras como Miguel Ángel Yunes Linares, acusado de vender un sistema de videocámaras inservible por miles de millones de pesos, entre otros escándalos de corrupción.
Sheinbaum, tan rápida en condenar, se hace de la vista gorda cuando los delincuentes son parte de su propio proyecto político.
La Fiscalía de Veracruz también guarda silencio ante las acusaciones contra los Yunes, que incluyen desde desfalcos hasta casos de abuso sexual y el uso de empresas fantasma para cobrar sueldos de empleados inexistentes.
Mientras Sheinbaum fustiga a los jueces, no tiene problema en convivir con estos personajes en su partido, quienes deberían estar enfrentando la justicia, no diseñando el futuro de la nación.
