AGENCIA
Japón.- Un tribunal japonés dictaminó la pena de muerte hoy jueves para Shinji Aoba, el autor confeso del devastador incendio en 2019 en los estudios de animación Kyoto Animation, que resultó en la trágica muerte de 36 personas. El fuego, considerado el crimen más mortal en décadas en Japón, conmocionó a la comunidad de aficionados al anime en el país y en todo el mundo.
El 18 de julio de 2019, Shinji Aoba, de 45 años en la actualidad, irrumpió violentamente en el edificio, roció gasolina en el suelo, prendió fuego y gritó “caigan muertos”, según relatos de los sobrevivientes.
El presidente del tribunal, Keisuke Masuda, describió el acto como extremadamente letal y cruel, señalando que las víctimas fueron envueltas por el fuego y el humo en un abrir y cerrar de ojos, resultando en muertes agonizantes. Numerosos empleados jóvenes, incluyendo a una mujer de 21 años, perdieron la vida en el incidente, mientras más de 30 personas resultaron heridas.
Las víctimas fueron encontradas, en su mayoría, en una escalera de espiral que llevaba al techo del edificio, indicando que estaban debilitadas al intentar escapar desesperadamente.
Shinji Aoba fue arrestado cerca del lugar del incendio y enfrentó cinco cargos, incluyendo asesinato, intento de asesinato e incendio intencional. La fiscalía solicitó la pena de muerte, que es legal en Japón.
Aunque los abogados de Aoba argumentaron que no tenía la capacidad de distinguir entre el bien y el mal debido a trastornos mentales, el juez determinó que, en el momento del crimen, Aoba no estaba loco ni tenía capacidad mental disminuida.
En la corte, repleta de familiares de las víctimas, se informó que una persona gritó y se cubrió los ojos con las manos mientras se leía la sentencia.
Fundado en 1981, Kyoto Animation, conocido como KyoAni, era un estudio destacado en el mundo del anime, ¡responsable de éxitos como “Kobayashi-san Chi no Maid Dragon” y “K-ON!”. Después del ataque, una empresa de animación estadounidense recaudó 2.4 millones de dólares para ayudar al estudio japonés a recuperarse.
Japón, uno de los pocos países desarrollados que aún aplica la pena de muerte, suele utilizar este castigo en casos de asesinato con más de una víctima. Aunque el respaldo de la población a la pena capital es alto, grupos de derechos humanos critican estas sentencias y su ejecución, a menudo informando a los reos la misma mañana en que serán ahorcados. La última ejecución tuvo lugar en 2022.
