AGENCIA
Argentina.- Cristina Kirchner fue condenada a seis años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por defraudación al Estado; los jueces la absolvieron, en tanto, del delito de asociación ilícita, penada con hasta 12 años. Fue una sentencia a medio camino entre lo que había pedido la fiscalía y la absolución que reclamaba su defensa.
La oposición, que la justicia ha obrado sobre una dirigente a la que achacan todas las maldades posibles. Kirchner no irá a la cárcel, porque tiene fueros como vicepresidenta. Puede apelar además su condena ante la Corte Suprema, un proceso que demora años. Otra cosa es el impacto político.
Buena parte de la prensa instaló en la sociedad la idea de que Kirchner era culpable, cualquier fuese el veredicto de hoy martes, una estrategia que elevó la polarización hasta límites nunca vistos desde el regreso a la democracia, en 1983.
El kirchnerismo suele comparar el proceso contra Kirchner con el del presidente brasileño Lula da Silva, preso durante más de 500 días por corrupción. La condena fue anulada más tarde por errores de forma y Lula pudo ser candidato presidencial y volver al Palacio de Planalto, tras un ajustado triunfo ante el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Esta sentencia es la primera en la historia de Argentina contra un vicepresidente en funciones. El tribunal la condenó por el delito de defraudación al Estado a la pena máxima contemplada por la legislación.
Según el fiscal Diego Luciani, el total defraudado a las arcas estatales ascendió a mil millones de dólares durante sus dos mandatos presidenciales, entre 2007 y 2015. A lo largo del juicio, Luciani detecto irregularidades en la adjudicación de 51 obras viales en la provincia de Santa Cruz, el bastión patagónico del kirchnerismo.
Las licitaciones fueron concedidas al empresario Lázaro Báez, amigo personal del expresidente Néstor Kirchner, que pasó de ser cajero de banco a convertirse en zar de la construcción. Según los datos presentados por el fiscal, las adjudicaciones a las empresas de Báez se hicieron con una rapidez inusitada: 29 días frente al promedio de 210 para las demás empresas. Báez cobró por todas las obras, pero casi la mitad de ellas quedaron inconclusas y solo una se ajustó al presupuesto original y no requirió el desembolso de fondos extras.
Los jueces encontraron que Kirchner recibió dinero a cambio de los beneficios que otorgó a Báez. No dieron por probado, sin embargo, la figura de la asociación ilícita, creada para combatir a las mafias del narcotráfico.
La sentencia estuvo precedida por la filtración de un chat en el que el juez instructor de la causa, Julián Ercolini, y un grupo de magistrados, fiscales, políticos opositores y empresarios de medios negocian entre ellos ocultar con mentiras un viaje a la Patagonia, realizado en octubre. Los mensajes dieron alas a la teoría conspirativa que alienta Kirchner.
“El 6 van a dictar la sentencia. El día 7 saldrá en las tapas de los diarios ‘condenada Cristina”, declaró en una entrevista al Folha do São Paulo este lunes.