AGENCIA
Internacional.- La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, condenó el asesinato del periodista mexicano Enrique Hernández Avilés, quien fue hallado sin vida el 31 de agosto en Taxco, Guerrero, tras más de dos meses desaparecido. “No podemos permitir que los crímenes contra periodistas queden impunes”, expresó Azoulay, haciendo un llamado a las autoridades mexicanas para que realicen una “investigación en profundidad” y garanticen que los responsables de este crimen sean llevados ante la justicia.
Enrique Hernández Avilés, de 55 años, se convierte en el cuarto periodista asesinado en México en lo que va de 2024, uniéndose a una lista trágica que incluye a Alejandro Alfredo Martínez Noguez, Víctor Alfonso Culebro Morales y Roberto Carlos Figueroa. Trabajaba para la revista Contacto Policíaco, medio especializado en cubrir temas de seguridad, un rubro que en México resulta ser de alto riesgo para los periodistas.
El país ha sido escenario de constantes ataques contra la libertad de prensa, y el asesinato de Hernández Avilés no es un caso aislado. Según la organización Artículo 19, desde que AMLO asumió la presidencia en diciembre de 2018, 47 periodistas han sido asesinados, la misma cantidad que en el sexenio de su predecesor, Enrique Peña Nieto. Esto refleja una preocupante continuidad en la violencia contra comunicadores, independientemente de los cambios de gobierno.
La Unesco, como principal organismo de las Naciones Unidas en defensa de la libertad de expresión, resalta que la agresión contra periodistas en México no se detiene. En lo que va del año, se han registrado 48 asesinatos de profesionales de la comunicación en todo el mundo, nueve de ellos en América Latina, una región donde la violencia contra periodistas sigue siendo alarmante.
El asesinato de Enrique Hernández Avilés no solo es un ataque contra un individuo, sino un golpe a la libertad de prensa y al derecho de la sociedad mexicana a estar informada. Sin investigaciones sólidas y justicia efectiva, estos crímenes continúan siendo una muestra de la impunidad sistemática que ha caracterizado los ataques contra la prensa en México.
Azoulay instó a las autoridades a actuar de manera contundente: “Condeno el asesinato de Enrique Hernández Avilés. No podemos permitir que los crímenes contra periodistas queden impunes”. Sin embargo, las palabras necesitan ir acompañadas de acciones que logren detener esta ola de violencia. De lo contrario, México seguirá siendo uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en el mundo.
Este caso es un recordatorio urgente de que los esfuerzos para proteger a los periodistas en México deben intensificarse, y que sin una justicia pronta y eficaz, la impunidad continuará siendo el verdadero cómplice de quienes buscan silenciar la verdad.
