Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- La Iglesia católica finalizó el “Año de la Familia” y dio paso al año de la Adolescencia y Juventud, en el Coliseo «La Concordia», donde estuvieron los fieles de los seis decanatos de la Diócesis de Orizaba y hubo una homilía.
Este sábado, los seis decanatos pertenecientes a la Diócesis se organizaron para salir en procesión y encontrarse en el Coliseo, para el cierre del año.
El Obispo Eduardo Cervantes Merino, partió de la Iglesia Madre de la Diócesis, junto con católicos congregándose en el inmueble donde se llevó a cabo el evento; cada uno de los decanatos llevó un color distinto que representó cada uno de los valores que se profesan, en el caso del Decanato Citlaltépetl fue el azul y su valor fue el perdón; Decanato de Tequila, color amarillo y su valor es la unidad; Decanato de Orizaba, el verde y el valor fue fidelidad; Decanato de Ixtaczoquitlán, color blanco y el valor de la oración; el Decanato de Zongolica se vistió de color rojo, representando el valor el amor, el Decanato Fabril vistió color naranja, cuyo valor fue la gratitud.
Cervantes Merino dijo que todo el año se trabajó el tema de la familia, pero el cierre no quiere decir que se dejen los trabajos, si no que refiere a un periodo en que las metas propuestas de mayor atención se llegaron, ahora se debe empezar a tener acciones en otro tema.
«Cierto, nos ha lastimado la pandemia, nos ha encerrado, pero es tiempo de salir, es cierto que nos pidieron tener sana distancia, pero necesitamos tener una distancia que sea corta, con los protocolos para que no se difunda más el virus. Porque necesitamos anunciar a Dios, a Jesús y que las familias que viven lastimadas por algo que tenemos entre nosotros como es la pobreza, violencia e inseguridad, tantas otras situaciones que nos lastiman y duelen».