Xalapa.- Señor Fiscal, usted solicitó una orden de aprehensión en contra del exfiscal Luis Ángel Bravo Contreras por omisión en la desaparición forzada de personas… al tiempo que usted comete el mismo delito al hacerse tonto.
Por ejemplo, en contra del golpeador de mujeres y corrupto exalcalde de Fortín, Armel Cid de León, yerno del inmoral Domingo Muguira, que según información de esta casa editorial, este nefasto oriundo de Escamela no se cansa de presumir que ya tiene “compradas” a las autoridades de su Fiscalía para que nadie moleste a Armel ni tampoco a su otro corrupto yerno, considerado por cierto entre los alcaldes más rateros de la ciudad de Córdoba, Juan Lavín, quien gracias a la impunidad que su Fiscalía le otorga, hoy incluso ya está de regreso como candidato a la Diputación Federal; cuando lo que debería es estar rindiendo cuentas ante esa Fiscalía que usted representa. Lavín incluso prohibió la construcción de un hospital del ISSSTE en Córdoba causando un daño incalculable a enfermos, mismos que durante años han tenido que viajar a Orizaba para ser atendidos, poniendo en riesgo incluso la vida, porque Lavín antepuso los intereses de su Partido a los de los cordobeses, negando un hospital público a la ciudad por órdenes de Fidel, por revanchas por cierto con quien hoy gobierna este Estado, Miguel Ángel Yunes; ¡Lavín debería de estar rindiendo cuentas en lugar de andar pidiendo el voto! Tampoco usted Jorge Winckler ha actuado en contra del pederasta “gringo” que se aprovechó de la pobreza de un niño lleno de necesidades para abusar de él, y que también en su Fiscalía está integrada una denuncia, con los testimonios y pruebas de su reprobable actuar, y lleva meses sin siquiera llamarlo a declarar.
Usted, Fiscal, está actuando de la misma manera que dice actuó Luis Ángel Bravo Contreras, a quien hoy acusa y hasta millonarias recompensas ofrece.
¡LA OMISIÓN ES CORRUPCIÓN!
Nos queda claro que sus órdenes de aprehensión no son más que una manifestación de odio y venganza, ¡y no de justicia! con un pestilente olor electorero.
