AGENCIA
Internacional.- En América Latina y el Caribe, aproximadamente 16 millones de niños y adolescentes de entre 10 y 19 años viven con algún tipo de trastorno mental, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). De estos, 7.3 millones son niños y niñas de 10 a 14 años que enfrentan problemas como depresión, ansiedad, bipolaridad, trastornos alimentarios, del espectro autista, de conducta y por abuso de sustancias, entre otros.
En México, la situación es particularmente grave. Los doctores Arturo Aguilar y Ricardo López, del hospital psiquiátrico infantil “Dr. Juan N. Navarro”, han destacado varios rezagos en la atención de la salud mental infantil. A nivel nacional, solo hay unos 600 psiquiatras infantiles, lo que resulta insuficiente para cubrir las necesidades de la población.
Además, hay una carencia de espacios adecuados para la atención y un desconocimiento generalizado entre padres, tutores y docentes sobre cómo detectar posibles trastornos mentales, como depresión y ansiedad.
El informe “Estado Mundial de la Infancia 2021: En mi mente. Promover, proteger y cuidar la salud mental de la infancia” de Unicef revela que, en México, al menos el 12.1 por ciento (%) de las niñas, niños y adolescentes de entre 10 y 19 años, es decir, unos 2.6 millones de menores, sufren algún trastorno de salud mental.
En la región, el suicidio ya es la tercera causa de muerte entre adolescentes de 15 a 19 años. El doctor Arturo Aguilar ha señalado que cada vez es más frecuente recibir en consulta a menores sin deseos de seguir viviendo, debido a la falta de amor y reconocimiento de su valor como seres humanos.
El doctor Ricardo López, psiquiatra infantil, mencionó que muchos niños y adolescentes enfrentan desde temprana edad contextos familiares y sociales violentos, lo que genera una enorme carga de estrés que puede afectar su salud mental a largo plazo. Los especialistas subrayan que en el desarrollo de un trastorno mental influyen múltiples factores, incluidas las condiciones de vida y familiares, así como la carga genética.
“Hay pacientes infantiles que pueden tener una predisposición genética hacia determinados padecimientos, pero si se detectan a tiempo los primeros síntomas, es posible brindarles un tratamiento integral y aumentar la probabilidad de un desarrollo de vida normal”, afirmaron.
Según Unicef, de los niños y adolescentes en la región con algún trastorno mental, el 47.7% enfrenta depresión y ansiedad, el 26.8% tiene trastorno por déficit de atención o hiperactividad, el 18.2% sufre de algún trastorno del comportamiento, y el 5.7% padece trastorno bipolar.
La situación es alarmante y requiere una atención urgente y coordinada para mejorar la salud mental de los niños y adolescentes en América Latina y el Caribe.