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Con la esperanza de la educación

Superiberia

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la perla.- A 90 minutos de la cabecera municipal de La Perla, justo a 3 mil 220 metros sobre el nivel del mar, se ubica San Miguel Chinela. Una localidad con apenas 124 habitantes, que sobreviven con la venta de papa. En su mayoría, las jefas de familia son las que permanecen en la zona, pues los hijos mayores y en ocasiones los esposos, migran a otros estados buscando mejores oportunidades de vida.

Quienes se quedan tampoco cuentan con una gama de alternativas, pues apenas si alcanzan a terminar la secundaria. Los bajos ingresos que logran generar durante cada temporada de cosecha, no son suficientes para costear la escuela, además el bachillerato más cercano está ubicado en la cabecera municipal, hecho que dificulta más el acceso a la Educación Media Superior, pues los 20 pesos por reja de papa apenas si alcanzan para medio comer.

Entre carencias

De los 124 habitantes que integran la comunidad, aproximadamente 65 corresponden a menores de edad, desde recién nacidos hasta los 12 años. Aunque en la zona existe un preescolar, primaria y secundaria, el índice de integrantes de las familias, donde superan los siete hijos, restringe el acceso a la educación.

Andrea Clemencia es madre de: Ricardo, Arturo, Nayeli, Anselmo, Angélica y Omar, todos están en edad escolar. Aunque hasta el momento no han abandonado la escuela, están obligados a apoyar con las tareas del campo, al trabajar ya sea en el arado, siembra y cosecha de la papa o en el cuidado de las ovejas.

Para esta familia, el gasto por regreso a clases supera por mucho los 950 pesos bimestrales que reciben como parte de los apoyos del programa Federal de Prospera y evidentemente de la Cruzada Nacional Sin Hambre, que, aunque se anuncia entre las carreteras, pocos habitantes dicen haber sido beneficiados.

Según los cálculos de Clemencia, en este regreso a clases deberá contar con 2 mil 500 pesos. El presupuesto contempla la compra de zapatos, 150 pesos cada par; 100 pesos el suéter, 60 la falda o pantalón y 40 la camisa. Para una familia con un nivel promedio de ingresos, el gasto sería fácil de cubrir, sin embargo, esta ocasión Clemencia aseguró “hace lo que puede”, ya que definitivamente significa un gasto que no se cubre ni siquiera con una temporada de cosecha buena. reciben esperanza

En medio de la desolación y del silencio total que se vive en la comunidad, el fin de semana las sirenas de Protección Civil de La Perla, irrumpieron la tranquilidad de la población. Desde la zona baja, justo antes de llegar al único preescolar, se veía como los niños y sus madres salían de sus humildes moradas hechas de madera y forradas de cartón para mitigar el frío, expectantes por conocer el motivo de tanta algarabía.

Como desde hace ocho años, cuando se visitó por primera vez esta comunidad, integrantes de la Asociación Civil Contagiando Voluntad, arribaron para hacer entrega de aproximadamente 100 mochilas escolares con útiles, loncheras y ánforas, que se lograron a través de donaciones y colectas en la Ciudad de México y algunos colaboradores de la zona Centro.

Durante esta edición del programa La Mochila del Cambio, se logró beneficiar a niños de esta comunidad, así como de Tamazolapa en Coscomatepec, e inclusive a los infantes que permanecen albergados en  la Casa Hogar Córdoba, de esta ciudad, hasta donde se realizó la entrega de los paquetes escolares, las 180 loncheras y 200 ánforas, obtenidas mediante los trabajos de colecta y promoción de la campaña.

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