¡Qué chistosos, la bola de alcahuetes candiles de la calle y oscuridad de su casa! ahora resulta que México debe proteger según la senadora Gabriela Cuevas, a los ¡óiganlo bien! a los dizque niños migrantes no acompañados que cruzan el país en su tránsito hacia los Estados Unidos (no podemos proteger a los nuestros y quiere que cuidemos a los ajenos). Estos chistosos no se diferencian en nada de la madre irresponsable que manda a sus hijos con la vecina para que esta se los alimente aduciendo que no tiene que darles de comer, y todavía amenaza con acusarla con derechos humanos (otros grandes alcahuetes) si no lo hace adecuadamente.
Y además acusan a los Estados Unidos por deportarlos como si ellos tuvieran la obligación de mantener a todo individuo que no esté conforme con lo que pasa en su propio país ¿que acaso no tienen un presidente en su país de origen que se responsabilice del bienestar de sus paisanos? ¡Qué fácil para él! váyanse y ahí donde lleguen que se encarguen de mantenerlos, total si no lo hacen los demandaré por inhumanos.
Estos dizque niños digo, pues alguien que se arriesga a viajar solo cruzando un territorio desconocido ya no es tan niño, y algo que me purga sobre manera y que nadie tiene empacho en asegurarlo, que todos ellos pagan tres mil dólares a los polleros por llevarlos a los Estados Unidos ¿Quién en México dispone en este momento de esa cantidad? y si la tengo es que entonces no estoy tan jodido como para irme de mi país.
También se habla mucho de que estos países exportadores de miseria humana deben regular la emigración. Nada tan fácil, cuando los países que deporten cobren a los respectivos presidentes los gastos originados por sus migrantes, ¡ya verán si no se preocupan para que no salgan de su país!