Por su relevancia, incluyo el párrafo que considero central de la intervención del secretario de Hacienda, doctor Luis Videgaray, en Morelia hace dos días. Dijo ahí:
“Michoacán tiene un gran potencial y tiene una gran oportunidad, pero hoy Michoacán enfrenta un reto singular, y el reto no solamente es de Michoacán, el reto es para todos los mexicanos. Hoy en Michoacán está amenazado el Estado mexicano, está amenazado el Estado de derecho y estamos enfrentando uno de los grandes retos que tiene la nación”.
La importancia de lo dicho reside, más que en lo que dijo porque para muchos no fue nuevo, sino quién lo dijo, y dónde.
Frente a esta intervención del secretario de Hacienda, hombre clave en el gabinete del presidente Peña Nieto, varias interrogantes surgen de inmediato. La primera, obligada, es por qué fue el secretario de Hacienda el que planteó lo que uno esperaría del secretario de Gobernación. Enseguida, frente al reconocimiento de la gravedad de la situación, traducida ésta ya en una amenaza al Estado mexicano y a la legalidad toda, uno pregunta, ¿cómo será enfrentada?
Dejo la primera interrogante para los ociosos, y me concentro en la segunda que pienso, es lo fundamental: Cómo enfrentar la amenaza que reconoció el secretario de Hacienda.
Una de las conductas más dañinas y perversas que seduce a los políticos mexicanos, es la de negar un conflicto; luego, al no poder negarlo dada la evidencia, buscan minimizarlo y después, cuando los efectos son de tal magnitud que esto tampoco es posible, utilizan el conocido recurso de los billetes.
Las tres respuestas -negación, minimización y torrente de billetes- son, para decirlo claro, equivocadas e ineficaces; además, contrastan con las que debe tomar un gobernante responsable y consciente de lo que significa ejercer una gobernación inteligente y firme en las actuales condiciones del país y del mundo.
De ahí que la intervención del doctor Videgaray —cuyo párrafo central transcribo arriba—, marca (espero no estar equivocado) el principio del enfrentamiento correcto y la solución de un problema que se dejó crecer desde hace decenios.
Priistas y perredistas -junto con panistas en el orden federal—, son los responsables de haber pospuesto las soluciones a un problema que se dejó crecer y que hoy, repito, es reconocido nada menos que por el secretario de Hacienda, como una grave amenaza al Estado mexicano y al Estado de derecho.
Ahí se acierta pero se falla, y esto puede echar por la borda el diagnóstico correcto, en pensar que con la concesión de un crédito de poco más de cuatro mil millones de pesos se enfrentará exitosamente la amenaza al Estado mexicano.
A este monto habría que agregar, los más de 16 mil millones de deuda del gobierno estatal que no será posible recuperar por la situación del gobierno estatal.
¿Qué hacer entonces, ante lo que parece ser un buen principio-diagnóstico correcto- y una mala solución? ¿Acaso lo que sigue -antes de actuar en la dirección correcta-, es escuchar más intervenciones como la de Morelia? ¿En semanas o meses, las escucharemos en Oaxaca, Guerrero o Chiapas y ahí, el orador será ahora el secretario de Gobernación?
¿Cómo quedará el país y su imagen, con el reconocimiento de tan grave amenaza? ¿Observarán de cerca nuestros principales socios comerciales, cómo la enfrentaremos y daremos solución? Por último, ¿cómo reaccionarían otros gobernantes, ante amenaza similar?