AGENCIA
UE.- La Comisión Europea ha expresado su profundo descontento tras la decisión de Estados Unidos de imponer aranceles a las importaciones provenientes de México y Canadá, una medida que ha generado preocupación en los mercados internacionales y podría tener repercusiones económicas globales.
En un comunicado oficial, la Comisión destacó que esta política podría alterar gravemente el comercio mundial, perjudicar a socios comerciales clave y generar una incertidumbre innecesaria en un momento en el que la cooperación internacional es más esencial que nunca. La institución subrayó la necesidad de evitar medidas proteccionistas que puedan desestabilizar la economía global y recalcó la importancia de mantener relaciones comerciales sólidas.
La noticia tuvo un impacto inmediato en los mercados europeos, con el índice paneuropeo STOXX 600 cayendo un 1 por ciento (%) en las primeras horas del martes, tras alcanzar un máximo histórico en la sesión anterior. Este descenso refleja la creciente preocupación de los inversores sobre la posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles similares a los productos europeos.
El sector automotriz europeo, particularmente vulnerable a las tensiones comerciales, fue uno de los más afectados. Las acciones de Stellantis cayeron un 3.6%, mientras que BMW y Porsche registraron pérdidas del 3% y 1.6%, respectivamente. El subíndice de automóviles y componentes retrocedió un 2.6%.
La tensión comercial entre Estados Unidos y otras naciones no se limita a América del Norte. El presidente Donald Trump también propuso un arancel del 25% a los automóviles y productos de la Unión Europea, elevando los aranceles a productos chinos hasta el 20%. Esta escalada provocó una rápida respuesta por parte de China, que impuso gravámenes del 10% al 15% sobre algunas importaciones estadounidenses, exacerbando la guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo.
El conflicto comercial ha tenido efectos negativos en los mercados globales, con el índice de petróleo y gas cayendo un 2.8%. Además, el descontento con las políticas comerciales de Trump se ha reflejado en la reacción de los consumidores europeos. En Suecia, una encuesta reveló que el 78% de los ciudadanos están dispuestos a boicotear productos de Estados Unidos, con más de 33,000 suecos uniéndose a un grupo en Facebook que promueve este boicot. En Noruega y Dinamarca, supermercados comenzaron a etiquetar productos de origen europeo para facilitar la elección de los consumidores.
El boicot está teniendo efectos tangibles, especialmente en el mercado sueco. Las ventas de coches Tesla cayeron un 44% en enero de 2025 en comparación con el año anterior. El sentimiento en Europa parece claro: los consumidores esperan que sus acciones económicas puedan influir en las decisiones comerciales de las grandes corporaciones estadounidenses.
