- EN MERCADO EMILIANO ZAPATA
- Tratan mal a sus clientes si les hacen un comentario al respecto
- De los arriba de mil 220 comerciantes, entre el 20 o 25 por ciento no se pone el cubrebocas, incluso los menores que están en los filtros de acceso.
Orizaba.- En el mercado Emiliano Zapata más del 25 por ciento de los locatarios no utiliza el cubrebocas, en un recorrido por sus alrededores y su interior se puedo observar a los comerciantes con el cubrebocas en la quijada, en la garganta o bien, sin él, además se molestan si se les hace la observación, le niegan la venta a las personas o se ponen a discutir.
También se pudo observar a uno de los niños que se encontraban a la entrada de uno de los accesos, como apoyo para proporcionar el gel antibacterial sin el cubrebocas, minutos antes la menor que lo acompañaba tampoco lo portaba.
EBT (A una menor, de escasos 16 años): Hola, una pregunta, ¿porqué no usas el cubrebocas?, ¿no se supone que ustedes, los que están en los filtros son los responsables de dar el ejemplo y pedir que nadie entre sin él”.
“Hmm, (torciendo la boca) sí, eso se supone”.
EBT: ¿Y por qué estás permitiendo que entren y salgan tus amiguitos sin el cubrebocas?
“¡Hey, Hey…!, pónganse el cubrebocas” (la adolescente a un grupo de seis conocidos, de entre cinco y 10 años).
*para saber
Hasta el momento, no hay un vacuna que permita bajar la guardia por lo que el riesgo de contagiarse y en caso de que su sistema no responda, la persona portadora del virus puede morir.
Con otra de las comerciantes de la zona de verduras, cerca de donde se encuentra la dirección del lugar y al ser cuestionada, manifestó que no se lo ponía porque estaba esperando que la administración del zoco le proporcionará uno para empezar su jornada.
Al hacerle la observación sobre que otros comerciantes sí lo tenían y eran de distintos tamaños, colores y formas, mismos que no coincidían con el que da el ayuntamiento, ella no dijo más, se molestó; sin embargo, se colocó un N95, color blanco, que tenía guardado por la báscula.
Esta situación se repite en la zona de comida, en donde venden distintos grupos de mujeres antojitos, como garnachas, tacos de carne, empanadas, entre otros; también en los pasillos que se encuentran pegados a la infraestructura del lugar, con las comerciantes que venden cilantro, perejil, flor de calabaza, cebollas, calabazas, brócoli, zanahoria picada, entre otros.
En los espacios sumamente estrechos no se permite la sana distancia, apenas y se puede pasar por el lugar, mientras estos comerciantes sin el cubrebocas ofrecen a gritos sus productos, entre tanto que los supervisores y el personal contratado por los comerciantes se hacen de la vista gorda o simplemente no están.
Al igual que al interior de la reja del mercado, los comerciantes que se encuentran en los locales de las calles frente a éste y los cargadores, tampoco lo usan y frecuentemente se molestan si alguien les hace un comentario, e incluso, lo retan diciéndoles que no compren nada.
Otros, de manera muy grosera, les dicen a sus consumidores que si no se quieren enfermar, que no salgan de su casa; en otros casos dejan de despachar y les dan la espalda, mientras que les gritan “si no le gusta váyase a otro lado a comprar”.