De la Redacción
El Buen Tono
Comapa.- La Pitaya se encuentra entre el abandono y la indignación de los ciudadanos, debido a que los hermanos Lagunes son omisos, lo que también es corrupción, a la crisis de basura.
El sitio, ubicado rumbo al rancho El Jabalí, carece de atención del alcalde, Gabriel Lagunes Jáuregui, y su hermana, la diputada Nora Lagunes.
Bolsas de plástico, animales muertos, en descomposición, así como aire espeso que daña los pulmones de quien los respira, es el panorama diario.
Cientos de familias sobreviven al lado de un vertedero clandestino de mil 300 metros cuadrados.
“Votamos por ellos porque se comprometieron a resolver el problema de los desechos. Nos traicionaron”, denunció María López, vecina de la zona, mientras señalaba las montañas de basura donde se mezclan jeringas usadas, llantas quemadas y restos de electrodomésticos.
En 2021, los Lagunes llegaron al poder con la esperanza de un cambio. Nora, desde el Congreso Local, prometió gestionar recursos; Gabriel, como alcalde, aseguró modernizar los servicios. Tres años después, ni rastro de soluciones.
La crisis sanitaria es una realidad. Doña Luisa, de 68 años, tose sin parar, pero nadie resuelve el problema.
