
De la Redacción
El Buen Tono
Amatlán.- Desde el martes pasado, los habitantes de este municipio se enfrentan a una preocupante situación: la comandancia municipal no responde las llamadas, dejando a la población en un limbo de desprotección.
Quienes intentan comunicarse se topan con una señal de “línea ocupada” o, en el mejor de los casos, con la indiferencia de una recepcionista que asegura que “la línea no sirve”.
La falta de atención telefónica no solo refleja negligencia administrativa, sino un riesgo latente para la seguridad de los amatlecos.
Si hoy alguien intentara reportar un robo, un accidente o una agresión, ¿qué garantías hay de que serían atendidos? La respuesta hasta ahora es: ninguna.
Ante la imposibilidad de comunicarse, los ciudadanos se preguntan: ¿Existe otro número de emergencia? ¿O están solos frente al peligro? La autoridad no ha informado sobre protocolos alternos, dejando a la población en la incertidumbre.
La gota que derramó el vaso: Que una recepcionista admita, sin mayor explicación, que “la línea no funciona”, evidencia el abandono en el que operan las instituciones locales. Si ni siquiera pueden mantener un servicio básico como la comunicación telefónica, ¿en qué están usando los recursos públicos?
Los ciudadanos quieren saber por qué su comandancia está incomunicada, quién asumirá la responsabilidad de esta falla y, sobre todo, cómo garantizarán que no se repita.
Ante ello únicamente les queda el número 911 para solicitar auxilio.
