Veracruz.- “Hay que dar al César los que es del César y a Dios lo que es de Dios”, así se pronunció Jacob Hernández Huerta, pastor de la iglesia presbiteriana de México al preguntarle sobre la fiscalización que contempla hacer el SAT de las limosnas y el cobro de impuestos a las iglesias.
En conferencia en el puerto de Veracruz, explicó que el dinero que los feligreses donan a las iglesias evangélicas es producto de su trabajo.
Y por ende, ese dinero ya pagó sus impuestos al César (Gobierno) y lo entregan a Dios.
“Lo que es de Dios son los diezmos, ofrendas y primicias”, aclaró y dijo que el dinero no es del pastor, ni de los feligreses es de Dios.
“Los gobernantes creen que tienen todo el poder y autoridad para emitir leyes injustas, y están equivocados”, enfatizó. Criticó que se estén atreviendo a cobrar impuestos a Dios, y dijo que son unos impíos e injustos ya que quieren meter mano al dinero de Dios.
Con este tipo de medidas implementadas por el Gobierno de Enrique Peña Nieto, los funcionarios de Hacienda Federal se están arriesgando al provocar la ira de Dios, advirtió.
Aseguró que ya les envío un juicio sobre los que están atentando contra él. Les advirtió que, por su propio bien, deben de renunciar a esas prácticas de querer cobrar impuesto a las iglesias.