Dios los hace y ellos se juntan, o por lo menos se aproximan. Después de 14 días de permanecer en el centro de reclusión provisional conocido como El Penalito, en el puerto de Veracruz, donde le procuraron una celda con aire acondicionado y otras comodidades para que no resintiera el encarcelamiento, Enrique Capitaine Marín, uno de los integrantes de la banda conocida como Los Porkys de Costa de Oro, fue trasladado al reclusorio La Toma, en Amatlán de los Reyes.
Tal presidio está muy cerca de Córdoba, la tierra de otros de la misma raza: Los Porkys del Casino Español, quienes seguramente ya formaron el club de fans para ir a echarle porras al hermano de piara y exigir su libertad. Es ironía, pero nadie dude que puedan hacerlo porque no solo son cochinos, sino también trompudos. Pues bien, a Capitaine no lo llevaron al penal de Tuxpan o a otra prisión más lejana porque sus padres tienen el apoyo del Gobierno Estatal y lo trasladaron a La Toma que está a dos horas del puerto de Veracruz, para que familia y abogados estén diariamente al pendiente de él.
Hay doble rasero en el trato a los reos, pues hay que recordar que la compañera periodista Marijose Gamboa pese a que ganó amparos federales en el 2014 para no ser movida de El Penalito, donde la internaron tras el fatal accidente automovilístico, aun así la trasladaron indebidamente a Tuxpan, donde el grupo delincuencial conocido como Los Zetas que controla el reclusorio, tenía la encomienda de agredirla, de atentar contra su vida. A Marijose Gamboa no le pasó nada porque el gremio periodístico y la opinión pública nacional estuvieron al pendiente de su situación.
Trato distinto tiene el Porky Capitaine, quien llega a La Toma recomendado por altos funcionarios del palacio de Gobierno, para ubicarlo en una celda de lujo y la encomienda de que sea tratado bien por los grupos fácticos que gobiernan esa penitenciaria. Las fuentes bien enteradas dicen que hay la instrucción gubernamental para impedir que los presos le apliquen el tradicional castigo a los violadores que caen en la chirona. Es decir, hay mucho dinero de por medio y el apoyo gubernamental para que al Porky no lo abusen sexualmente, como él lo hizo con la jovencita que lo denunció penalmente.
Mientras tanto, otros tres Porkys siguen impunes. Dos de ellos, Jorge Cotaita Cabrales y Diego Cruz Alonso, están prófugos de la justicia –obvio, con permiso de las autoridades- y un tercero, Gerardo Rodríguez Acosta no fue indiciado por la Fiscalía estatal, aunque en la denuncia interpuesta por la jovencita atacada si es señalado de participar en la violación tumultuaria. ¿Qué influencia tuvo este Porky para librarla hasta el momento? Las mismas fuentes bien enteradas señalan que ante palacio de Gobierno abogó por él, el acaudalado constructor y exdiputado federal del PAN, Rafael Acosta Croda, quien es su tío.
La progenitora de Gerardo Rodríguez es sobrina-nieta del exgobernador Agustín Acosta Lagunes y prima de Acosta Croda, que a su vez es hijo de Rafael Acosta Lagunes, apodado El Zopilote, hermano del exmandatario. A pesar de que permanece en Acción Nacional, Acosta Croda en los hechos es un aliado del PRI y del Gobierno Estatal, al grado de que ha financiado las últimas campañas de los candidatos del tricolor en la zona conurbada –en el 2015 y en este año- además de ser uno de los principales detractores de la alianza formada por el PAN y el PRD.
Además de los jugosos contratos de obra pública que recibe del gobierno estatal, al pago por los favores que Acosta Croda ha hecho al priismo, se incluyó que la Fiscalía no incluyera al sobrino Porky en las órdenes de aprehensión giradas por la violación de la adolescente en enero del 2015 y retorciera la Ley para no fincarle responsabilidad penal. ¡Qué bonita familia porcina!
FALSA PERCEPCIÓN
La noticia es escandalosa. En un hecho inédito, el candidato del PRI a la gubernatura, Héctor Yunes Landa, reveló el miércoles que el gobernante estatal tendría una alianza, bajo la mesa, con el Partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y estaría ayudando con recursos a Cuitláhuac García Jiménez, abanderado a la Gubernatura y quien –según el priista- visita frecuentemente la Casa Veracruz –residencia oficial del mandatario- a donde “entra en un vehículo que después sale con mayor peso, seguramente porque comieron algo”.
Eso lo declaró Yunes Landa en un noticiero radiofónico del Distrito Federal y agregó que “el señor Andrés Manuel López Obrador ha sido muy atento con el gobernador de Veracruz, ha sido muy cálido y traen ahí algunas pláticas, eso es algo que sí, aquí se percibe… y Cuitláhuac ha sido bien visto y ha sido bien tratado por el Gobierno de Veracruz, particularmente por el Gobernador, eso todo mundo lo tiene claro aquí”.
Así se confirmaría lo que muchos han especulado de una alianza subrepticia entre el gobernante estatal y el candidato de Morena, y se develaría una traición al Revolucionario Institucional, tanto a su candidato a la Gubernatura y también al priismo nacional, pues apoyar al crecimiento del partido de López Obrador es respaldar sus aspiraciones presidenciales para el 2018. Hasta ahí la historia parece encajar. Sin embargo, encaja en la maniobra mediática, no con la realidad. No habría tal alianza, aseguran los cercanos.
Todo es parte del rejuego para crear una falsa percepción de que Cuitláhuac García está peleando el segundo o incluso el primer lugar en los comicios del 5 de junio. Es parte de la campaña para hacer creer que las elecciones venideras serán de tercios y no de binomios. Que Cuitláhuac García, Héctor Yunes, y Miguel Ángel Yunes Linares, pelean nariz con nariz la meta. No es cierto, García Jiménez ha tenido un crecimiento espectacular, pero no ganará la contienda, su expectativa en la intención del voto está lejana.
Lo que sí es cierto es que Morena ha ganado adeptos, sobre todo de los priistas que no votarán por su propio abanderado y que en los últimos días ha destacado en la prensa –con apoyo, cierto, de los medios oficiales- pero esa intención de voto es sólo en determinadas zonas urbanas, pues en el resto de la entidad no conocen a Cuitláhuac García, no tiene la popularidad suficiente, ni su partido la estructura para el acopio y defensa del voto. Aún así, lo ponderan como un tercer jinete e incluso en el último debate organizado por el OPLE, los candidatos fidelistas: Juan Bueno, Alba Leonila Méndez y Alejandro Vázquez, lo atacaron como parte de esa estrategia mediática para aparentar que es puntero. No hay tal cosa.
¿Qué pasa entonces? Para explicar la revelación de Yunes Landa, hay que recordar otra maniobra similar aplicada hace un par de semanas cuando el mismo candidato priista aseguraba que el gobernante en turno traía un pacto y “se había reunido muchas veces” con su rival panista, Miguel Ángel Yunes Linares, que ambos tenían un acuerdo y que los dos habían traicionado a sus respectivos partidos. Incluso, el gobernante en turno se ofreció en sacrificio y reconoció, según sus dichos, haberse reunido con Yunes Linares.
Es el mismo proceder con Cuitláhuac García, es tanto el desprestigio que carga el actual ocupante de palacio de gobierno que quieren aprovechar esa mala fama para tratar de contaminar a los demás. No se cree que García Jiménez sea tan burdo y torpe para entrar a Casa Veracruz y salir con maletas de dinero, tampoco que López Obrador haya pactado con el gobernante priista. ni mucho menos que le den armas al priismo nacional para desprestigiarlos rumbo al 2018. Mucho menos es verdad que habrá una elección de tercios el 5 de junio: habrá primero, segundo y tercer lugar, así de simple.
La semana termina con la marcha multitudinaria que este viernes realizarán los integrantes de la Universidad Veracruzana (UV) para exigir el pago de más de 2 mil 500 millones de pesos que adeuda el gobierno estatal. Una marcha que anuncian que no es electoral, pero que indudablemente tendrá repercusiones en los comicios. Son 80 mil universitarios –maestros, directivos, alumnos y trabajadores- inconformes por el maltrato financiero a la casa de estudios y son 80 mil -400 mil con sus familias- que tendría listo un potencial voto de castigo al partido oficial. Al tiempo, como dice el clásico.
