De la Redacción
El Buen Tono
Región.- Este viernes, la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, visitará Orizaba para inaugurar el Hospital de Salud Mental “Víctor M. Concha Vásquez”. Sin embargo, en su primer recorrido por la región Centro del estado, podrá percatarse del deplorable de las carreteras que rodean esta zona.
Los deslaves recurrentes y el deterioro de la autopista, particularmente en puntos críticos como el kilómetro 231, reflejan la falta de mantenimiento, pues el senador electo Manuel Huerta Ladrón de Guevara, regresó el dinero al gobierno federal y no lo invirtió en las carreteras, y ahí están los resultados.
A pesar de los numerosos reportes y quejas ciudadanas, el estado de las carreteras sigue siendo un peligro latente para quienes transitan la zona, debido a la corrupción que ha caracterizado a los funcionarios involucrados en los trabajos de obra pública y supervisión.
El papel de Caminos y Puentes Federales (Capufe) y de Manuel Huerta, hoy ex delegado de Programas del Bienestar, también ha sido señalado en múltiples ocasiones por su ineficacia y opacidad. El caso de la autopista Córdoba-Orizaba, una vía que debería ser un ejemplo de conectividad, ahora es un sinónimo de descuido y corrupción. Los contratos asignados para su mantenimiento, en lugar de traducirse en mejoras, parecen haberse diluido en licitaciones opacas y en presupuestos que nunca se reflejaron en las obras. Esta negligencia ha dejado a miles de ciudadanos atrapados en embotellamientos y ha elevado el riesgo de accidentes en un tramo vital para la economía de la región.
Sheinbaum también podrá encontrarse con una región estancada, pues durante seis años de mandato, el gobernador no invirtió un solo centavo en la región ni sancionó a ex alcaldes de partidos opositores, como los del PAN, quienes fueron acusados por el Orfis de desvíos de fondos. Así, se convirtió en un aliado corrupto de las administraciones panistas, como el caso de Córdoba, donde el Orfis reporta la falta de comprobación de 107 millones de pesos.